Las colas de más de seis horas volvieron ayer a las Urgencias del Hospital General. Si durante los últimos días de diciembre y los primeros de enero las esperas se debieron a la epidemia de la gripe, ayer los propios trabajadores del centro sanitario reconocieron a Mediterráneo que los casos de virus respiratorios no eran mayoría, y que el «colapso», como lo definieron varios pacientes, se debía a enfermedades diversas.

Este diario fue testigo de cómo casi un centenar de personas aguardaban su turno pasadas las 17.00 horas, y varias de ellas denunciaron que estaban en la sala de espera desde las 11.00 horas, e incluso antes. Es el caso de Ángela, que acudió a Urgencias porque su madre padecía una insuficiencia y, seis horas después, aún esperaba a ser atendida. Un caso similar es el de Paqui Pérez, quien explicó que su marido padece arritmias y que llegaron a media mañana y no fueron atendidos hasta bien entrada la tarde. «A todas luces falta personal, y con el que hay deberían valorar cuáles son los casos más graves», aseguraba. Similar era el caso de Vicente, que sufría una hernia umbilical y que, sentado junto a su pareja, denunciaba la espera.

Con la sala llena y parte de los familiares de pie, otros pacientes aguardaban su turno en el pasillo y la recepción. El personal reconocía la difícil situación mientras indicaba a una usuaria que el tiempo de atención podía superar las seis horas.