En 1903, un joven de Milwaukee (EEUU), William S. Harley, y su amigo Arthur Davidson, fundaron un imperio que acabaría convirtiéndose en todo un emblema. Se dice que la pasión es lo que lleva a comprar una Harley, una moto que, a diferencia de otras marcas, apenas conoce el significado del verbo devaluar, pues son muchos los que consideran que “se trata de una inversión en toda regla”.

El perfil de harlero más común en Castellón sigue siendo el de hombre de más de 40 años, ya que son pocos los jóvenes que se compran una Harley, bien sea por poder adquisitivo, o simplemente porque prefieren una R.

En el taller FTF Motorcycles de Castellón, donde Álex Colás y Ximo Sidro ejercen como propietarios, destacan que “en los últimos años, Harley se está modernizando en cuanto a motores, frenos y electrónica. Tanto es así que se equiparan mecánica y tecnológicamente a las motos japonesas”. A su vez, aseguran que “la CafeRacer y la Bobber son los estilos que más se llevan, siendo la Sporster la moto más vendida”.

Miguel García, conocido en el mundo de las Harleys como El Chino, es un cliente habitual del taller de Álex Colás y Ximo Sidro. En 1997 decidió comprarse una Harley Davidson Fat Boy de 1.340 cc, moto mítica que adquirió una gran popularidad tras aparecer en el filme Terminator 2: El juicio final, de James Cameron. Finalmente, el modelo que lucía Arnold Schwarzenegger en este clásico de la ciencia ficción fue cambiado por un ejemplar de mayor cilindrada, 1.690 cc ni más ni menos. Actualmente, García posee una Street Glide customizada. “Para hacer una Bagger se tiene que cambiar todo: manillar, grados de la horquilla, rueda, depósito, las tapas, amortiguadores, etc.”, afirma El Chino.

Debido a la crisis, el mercado de las Harleys en Castellón se debilitó, pero en la actualidad vuelve a subir, y con fuerza, ya que sigue siendo la provincia de España donde hay más motos de esta marca por número de habitantes. Muchos aseguran que su expansión podría ir a más si el concesionario oficial volviera a la provincia. A pesar de ello, eventos como la concentración anual de Harleys en el Pinar del Grao sirven para resucitar el viejo espíritu motero.

Vicente Núñez, presidente del Club Big Twin, asegura que “el año pasado acudieron más de 5.000 personas a la concentración harlera organizada en el Pinar del Grao. En este 2016, del viernes al domingo, se espera como mínimo igualar la cifra, aunque parece ser que el resultado será superior, ya que no quedan plazas hoteleras en el Grao”, confirmó el motorista. Teniendo en cuenta la magnitud del evento y el coste de montaje, la organización se prepara a conciencia durante todo un año en la puesta en marcha de esta cita, en la que colaboran Turismo y Diputación de Castellón, así como la Fundanción Dávalos Fletcher.

Curiosamente, el mismo club que preside actualmente Nuñez, en el pasado se llamaba Crazy Brothers. Lo que empezó como reunión de amigos acabaría yendo a más, pues actualmente el Big Twin está formado por 62 miembros. “En el espíritu de Harley no importa la condición social, entre nosotros hay médicos, abogados, carpinteros, albañiles, etc. Aquí no se pregunta en qué trabajas ni cuánto tienes en la cartilla del banco”, asegura.

EL ESPÍRITU // Un buen club de motos se caracteriza por la humildad y por estar abierto a todo el mundo. Las ganas de hacer cosas es lo que motiva a personas como Núñez a presidir el Big Twin. Al contrario de la imagen estereotipada sobre esta clase de asociaciones y su gente, este grupo en particular siempre ha funcionado en base a unos valores de hermandad y respeto. “Aquellos motoristas que no vienen en son de paz son expulsados para no dañar el buen ambiente que reina entre harleros y visitantes”, sentencia fírmemente.

Durante estas fechas, Castellón se llena de motoristas que rinden culto a un estilo de vida en el que nunca falta buena música y un gran ambiente. No importa la edad, ya que por mayores que sean algunos harleros, no hay ninguno que se considere obsoleto cuando de pisar el asfalto a bordo de su burra a ritmo de clásicos como Born to be wild se trate. H