La llegada de la xylella fastidiosa a Alicante, una plaga que ha matado a dos millones de olivos en Italia, ha puesto en alerta máxima a los agricultores de Castellón. Los profesionales del campo son conscientes de la dificultad de atajar una enfermedad que viaja a través de insectos vectores. Quizá por ello hay diferencias entre ellos sobre la estrategia a seguir.

El secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, asegura que los pasos dados por la Conselleria de Agricultura son «correctos», entre otras cuestiones porque «la opción de arrancar los árboles afectados y los de 150 metros alrededor es la que defiende la Comisión Europea». Estas instituciones, recuerda Mampel, han dado un toque de atención no solo a Italia, sino también al gobierno balear, por su apuesta por la contención, y no por un plan de choque de tala del material vegetal susceptible de verse afectado.

FEPAC, RETICENTE // Por su parte, el presidente de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos (Fepac), Néstor Pascual, mostró sus dudas respecto a esta estrategia, que comparten la Unió y el Consell. «Corremos el peligro de que si la bacteria se expande tengamos que acabar con miles de árboles», explica Pascual.

El dirigente de Fepac aseguró que la enfermedad ya no puede considerarse nueva, puesto que apareció en Europa hace más de cuatro años, por lo que «hay que pedir a las autoridades, no solo valencianas sino también españolas y europeas, que den al agricultor alguna solución más que acabar con sus fincas e impedir que puedan utilizarlas en cinco años». Es por ello que insistió en que la apuesta primordial «debe ser por la investigación» y añadió que así lo han trasladado al Consell.