Es la última asignatura antes de poder cerrar el expediente académico y el paso previo a la inserción en el mercado laboral. Tras él, se esconden miles de horas de trabajo, tutorías, entrevistas y búsqueda de información.

El trabajo de fin de grado (TFG) conlleva una relación de amor-odio con los estudiantes durante muchos meses, pero suele convertirse en la mejor carta de presentación del alumno a la hora de buscar un empleo. Pero, como en otros ámbitos, la pandemia ha obligado a su reinvención, al menos, durante este curso.

Desde que suspendieron las clases presenciales, la Jaume I decidió que los métodos de evaluación para el estudiantado pasaran a ser on line. De hecho, los alumnos se encuentran en plena época de exámenes y han cambiado las aulas de su facultad por el pupitre de su habitación para buscar la mejor nota posible.

En lo que respecta al TFG, el procedimiento ha sido todavía más complejo. Una asignatura a la que se le dedica tanto tiempo necesita de reuniones regulares con los tutores para ir supervisando los pasos que se van dando. En este sentido, los alumnos han seguido teniendo contacto con los profesores vía e-mail o por videoconferencia y han podido tener una cierta regularidad.

Cambios // Sin embargo, esta situación atípica les ha obligado a reinventarse en muchos aspectos. Como por ejemplo, a la hora de la grabación y edición de vídeo. La defensa presencial del trabajo, con la ayuda de un power point, en el aula de la facultad correspondiente al grado cursado, se ha sustituido por una exposición virtual que tiene que ser grabada y subida a Youtube.

De esta manera, cada estudiante tiene 10 minutos como máximo para la presentación del trabajo, en la que debe justificar la investigación realizada, el proceso que ha ido siguiendo y las conclusiones que ha extraído.

Alumnos de la UJI:

Patricia Simó: "Ha sido la opción más inteligente"

Patricia Simó es un alumna de la UJI que está ultimando su defensa del TFG de Publicidad y Relaciones Públicas (debe entregarlo esta misma semana). Aunque lo tiene prácticamente acabado, Patricia explica que ha sido un proceso complicado. «No todo el mundo lo tiene fácil para grabarse en casa con calidad (por los ruidos, la luz, el fondo, etc), pero estoy segura que los profesores tendrán en cuenta estos detalles a la hora de evaluar», afirma la universitaria.

En cuanto a la edición del vídeo, Patricia asegura: «Aunque no todos disponen de programas de edición (yo por suerte tengo Premier), existen muchas otras alternativas con las que puedes hacer un buen trabajo igualmente». «Nos hemos tenido que adaptar a la situación y creo que esta medida ha sido elegida por ser la más inteligente entre las posibles alternativas», concluye.

Belén Martínez: "El alumno controla mejor los nervios"

Belén Martínez se encuentra en la misma situación que su compañera Patricia. A falta de días para entregar el TFG, está pensando en cómo será el futuro cuando se gradúe en el grado de Publicidad. Para ello, solo le falta defender el TFG, que durante estos últimos meses ha supuesto un esfuerzo añadido a la hora de adaptarse al forzado telestudio y las nuevas formas de dar clases a distancia.

«Por un lado, al hacerlo virtualmente, no das pie a que el alumno saque sus dotes aprendidas a la hora de exponer (algo muy importante en nuestra carrera especialmente) y no todo el mundo cuenta con nociones de edición de vídeo o programas para ello. Sin embargo, también creo que esta nueva forma es la que mejor se adapta a la nueva situación y permite al alumno mostrar su trabajo de la mejor forma y sin apenas nervios», comenta Belén.

Iris Lafita: "Así es más difícil la investigación"

«Ha sido bastante complicado. Siempre se dice que en internet lo encuentras todo, pero para mí ha sido bastante difícil consultar ciertos documentos que a lo mejor en la biblioteca podría encontrar y acceder fácilmente», explica Iris Lafita, estudiante de la Universitat Jaume I.

Respecto a las dificultades que ha encontrado para desarrollarlo analiza su caso: «Si tu estudio incluye métodos de investigación, como el uso de los grupos de discusión, pues se complica bastante y en mi caso me tocó replantear todo el trabajo, porque ya no podía emplear esa metodología».

Además, Iris señala las complicaciones para mantener un contacto directo con los profesores. «Entre las semanas festivas y la incertidumbre de qué iba a pasar con el TFG, pues también se ha complicado bastante tener varias tutorías de forma regular», manifiesta.

Alba Tribaldos: "El tutor me ha ayudado en todo"

Alba Tribaldos está a un paso de ser publicista y valora este cambio de metodología como un proceso más dentro del aprendizaje académico. «Debido a las circunstancias por las que estamos pasando a causa de la pandemia del covid-19, creo que a la hora de poder organizarme y realizar el TFG ha sido positivo, ya que los profesores se han adaptado de la mejor manera y han transmitido esa tranquilidad al alumnado», afirma.

Respecto a cómo ha vivido estos meses de incertidumbre sobre plazos y modos de entrega, Alba explica: «Mi tutor ha estado pendiente en todo momento y concertábamos tutorías telefónicas para aclarar cuestiones». «Al principio, resulta raro, debido a que no estás presencialmente y siempre cuesta más resolver las dudas. Pero en general, no me ha resultado complicado adaptarme a las circunstancias», finaliza.