Uno de los estudios complementarios del Plan General de Castellón identifica 17 áreas de rehabilitación, regeneración y renovación urbana (ARRU) en la ciudad. «Un diagnóstico que analiza las necesidades de los barrios desde una perspectiva global y transversal y que permite priorizar intervenciones», según explica la alcaldesa, Amparo Marco. «No se trata de un documento indispensable para poder aprobar el Plan General, pero aporta una radiografía exhaustiva de los barrios que ayudará en la toma de decisiones para mejorar el día a día de sus habitantes», matiza.

Las áreas delimitadas están enfocadas a mejorar determinadas partes de los entornos urbanos, ocupados principalmente por edificaciones construidas entre los años 50 y 80, integrados mayoritariamente por grupos de vivienda social, vivienda autoconstruida y edificaciones que, por la fecha de construcción, carecen de aislamiento térmico y acústico, sin adecuadas condiciones de accesibilidad, falta de equipamientos y de servicios básicos, desconexión del casco urbano, bajo nivel educativo, envejecimiento de la población o bajo nivel adquisitivo. «En el plano más urbanístico, la existencia de vacíos urbanos como uno de los problemas identificados se ha traducido en un planteamiento del suelo residencial que ayude a cohesionar la ciudad y coser los barrios periféricos con la ciudad consolidada. Ese es uno de los motivos por el que estamos ante un Plan General que prioriza la regeneración urbana frente a los nuevos crecimientos», detalla Marco.

Las 17 zonas de regeneración urbana que contempla el documento, que es complementario al nuevo Plan General de Castellón, corresponden a las siguientes: Castalia-La Guinea, Alcalde Tárrega, Tombatossals, San Agustín y San Marcos, Farola-Ravalet, Crèmor, carretera Alcora, Gran Vía, parque del Oeste, 14 de junio-Grapa, plaza de toros, Constitución, Sequiol, Rafalafena, Grao, San Lorenzo y Perpetuo Socorro-La Unión-San Francisco.