El jefe de Compras de Radiotelevisión Valenciana (RTVV) en el 2006, Salvador Benjamín Íñiguez, declaró en el juicio del caso Gürtel que el contrato de más de siete millones de euros concedido a empresas de la trama con motivo de la visita del papa ese año a Valencia no tenía precedente.
La Audiencia Nacional reanudó ayer el juicio de los 22 acusados en esta pieza del caso de corrupción relacionado con el PP, seguido por supuestas adjudicaciones irregulares a empresas de Francisco Correa, el líder de Gürtel, para instalar pantallas y equipos de megafonía en València con motivo de la visita de Benedicto XVI en julio del 2006.
Según la Fiscalía Anticorrupción, tras asumir RTVV la señal de la retransmisión, el entramado de Gürtel consiguió que el ente público le adjudicara dicho montaje por «un precio desorbitado» de más de siete millones.
La Fiscalía mantiene que el entonces director general, el acusado Pedro García Gimeno, vulnerando las normas de contratación pública, llevó a cabo actuaciones para dicha adjudicación por la que se repartió más de tres millones de euros con los miembros de la trama Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez, El Bigotes, y el también acusado José Ramón Blanco Balín, asesor del grupo.
García Gimeno se enfrenta a la petición de cárcel más elevada, 40 años, mientras que piden 38 para Correa, 37 para Crespo y Pérez y 18 para Blanco Balín.