Los expertos lo tienen claro. La provincia cuenta con los niveles más altos de mosquitos de los últimos 45 años. Así lo asegura el catedrático de la Universitat de València y asesor de la Diputación de Castellón en el tratamiento antimosquitos, Roberto Jiménez.

El entomólogo explica que las altas temperaturas que se han vivido en la provincia prácticamente desde el mes de marzo, junto a la buena primavera en cuanto a lluvias, han sido una combinación perfecta para la reproducción de estos dípteros tan molestos para la ciudadanía.

En este sentido, Jiménez avisa de que las plagas no se han dado únicamente en el popular mosquito tigre. De hecho, alerta de que la provincia está «invadida» por una especie mucho más molesta y desconocida para los vecinos como es la culiseta longiareolata. Un tipo de mosquito que pica menos veces que el tigre, pero cuya picadura es más dolorosa y permanece durante más días. «Cada especie tiene una preferencia para vivir en un lugar u otro, pero hay algunas que son muy molestas. Todo el mundo achaca las picaduras al mosquito tigre, pero no es esa especie el problema en Castellón. Solo en 10 municipios la plaga es del tigre, en el resto es el culiseta longiareolata, un grupo que vive en el alcantarillado y que tiene un efecto más dañino», puntualiza.

Respecto a las diferencias entre un tipo de díptero y el otro, el biólogo comenta que «para saber si es tigre o no hay que fijarse en si han picado muchas veces en la parte baja del cuerpo o solo alguna en cualquier zona. Como sean aisladas, es culiseta», manifiesta.

Críticas a ayuntamientos / En cuanto a la responsabilidad de las administraciones locales para controlar los mosquitos, Jiménez incide en que «la ley dice que depende de los ayuntamientos». «Aconsejaría que se gastaran dos o tres euros por cada ciudadano para contratar una empresa y que tenga un control sobre esta problemática. No vale decir que la Diputacion no hace su trabajo, cuando la competencia es de los consistorios», apostilla.

Además, el experto manda un mensaje de concienciación a los vecinos: «Cuando hay un exceso de insectos, puede llegar a ser perjudicial para la salud de las personas. Por eso pido que contribuyamos todos a erradicar esta plaga». Y apunta: «Si echáramos una gotita de lejía cuando cambiamos el agua para uso doméstico, ayudaríamos a que la reproducción de los mosquitos fuera menor. Es un problema común en muchas localidades y tenemos que colaborar todos». «Estamos en unos niveles que yo no he visto nunca en la provincia, pero es normal con las temperaturas que se han registrado en los últimos meses y el agua que ha caído desde el principio del año», concluye el entomólogo