El vigésimo Congreso Nacional de Farmacia que se ha venido celebrando en Castellón desde el pasado miércoles, con la asistencia de 1.300 personas, medio centenar de actividades y el desarrollo de más de 300 publicaciones científicas, cerró ayer sus puertas en una jornada en la que se dieron seis mesas redondas y otras tantas sesiones técnicas en las que se destacaron los grandes retos de la profesión, como es aprovechar aún más el potencial de la farmacia comunitaria en las labores de la salud pública.

Entre los asuntos más relevantes, se incidió en impulsar la cercanía y la accesibilidad de la red de farmacias como un aliciente para promover la salud, la prevención de la enfermedad y la educación sanitaria. Asimismo, sobresalió el papel que los farmacéuticos vienen desarrollando en las campañas de vacunación, insistiendo en la necesidad de que las vacunas estén en las farmacias como el resto de medicamentos, lo que repercute en una proximidad y accesibilidad que resulta muy necesaria en la atención de los ciudadanos.

Finalmente, la clausura corrió a cargo del presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, quien ensalzó la labor de los farmacéuticos en el fomento de la salud de las pequeñas poblaciones, especialmente en aquellas zonas rurales del interior. H