La tormenta perfecta en la que se ha convertido la actual campaña citrícola en Castellón, con una creciente entrada de fruta procedente de países del hemisferio sur y problemas meteorológicos que afectaron a parte de la producción, han afectado a las exportaciones del sector. Ocho de sus principales destinos, todos ellos situados en el continente europeo, han comprado menos clementinas que el ejercicio anterior.

A ello se añade que ha sido una temporada pésima para los agricultores, con precios que en muchos casos no llegan a cubrir los costes de producción, y protestas en las calles. Con estos mimbres arranca hoy una Fruit Logistica que es decisiva para las empresas, pero estas acuden sin grandes novedades y sin un distintivo de calidad que ofrecer a los clientes, aunque sí es cierto que trabajan en uno cara a la próxima temporada.

Más del 95% de los cítricos que las firmas castellonenses venden en el exterior va a parar a los lineales europeos y es el hecho de que ese mercado haya pinchado en la presente campaña lo que explica los malos datos de exportación que presenta el sector. Hasta el mes de noviembre, último del que existen estadísticas, la caída de ingresos procedentes de terceros países era del 7,3%, casi idéntica a la que presenta el conjunto de la Unión Europea (7,2%).

Esto se explica por que los diez principales clientes de la naranja provincial forman parte de la UE, y en ocho las exportaciones descienden. En Alemania, país donde más clementinas se envían, la bajada es del 9,9%, mientras la caída en el destino que ocupa la segunda posición, Francia, es más moderada y se sitúa en el 2,9%. Estos dos países suponen casi la mitad de las ventas de naranjas de Castellón en el extranjero.

Paradójicamente, las noticias menos malas llegan de Reino Unido, un país donde a otros sectores les está costando mantener sus exportaciones debido al brexit. Allí, las ventas durante el ejercicio anterior crecieron un 5,7%, aunque el crecimiento hay que atribuirlo a la segunda parte de la campaña 2017/2018, pues en los meses de octubre y noviembre también se produjo una leve caída de la demanda frutícola.

Por detrás de la Pérfida Albión vuelven los malos datos, con descensos en las exportaciones en Holanda, Bélgica, Italia (la que más cae con un 21,9%), Polonia, Suecia y República Checa. Tan solo Finlandia salva al sector citrícola del pleno de números rojos.

COMPETENCIA EXTERIOR

Los agricultores, en particular la Plataforma per la Dignitat del Llaurador, han centrado su análisis en la competencia desleal de los cítricos sudafricanos. Y es que las ventas de fruta procedente de este país a la Unión Europea se ha incrementado desde la aprobación del acuerdo de libre comercio el 2016.

El año anterior, las ventas al Viejo Continente representaron 549 millones de euros, mientras que este año suman 706 millones hasta noviembre. La principal crítica, junto a la falta de reciprocidad en aspectos de sanidad vegetal, va dirigida al hecho de que el tratado permite la entrada de cítricos procedentes de Sudáfrica hasta finales de noviembre, cuando antes la fecha límite era octubre.

Sin embargo, el sector tiene más problemas, tal y como reconoció el presidente de la Asociación Profesional de Exportadores de Fruta de la Provincia de Castellón (Asociex), Jorge García, en una entrevista con Mediterráneo. El responsable de la patronal incidió en que hay otros países de la cuenca mediterránea, como Marruecos o Egipto, «desarrollando planes agrícolas y ampliando las producciones a niveles increíbles» y con costes laborales muy por debajo de los españoles.

RECONVERSIÓN

García también hacía referencia a la necesidad de una reconversión varietal que está muy ligada a esta creciente competencia exterior y pedía al Institut Valencià d’Investigacions Agràries desarrollar variedades con royalties asequibles para los pequeños agricultores. En este sentido, el secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, explica que en campañas de producción «óptima» como la actual la cantidad de clemenules prácticamente inunda unos mercados europeos donde cada vez quieren tener presencia más países, por lo que «hay que abrir mercados o apostar por otro tipo de cítricos».

Por su parte, el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, pide al Consell que acelere con las ayudas a los agricultores para que los más afectados por la mala temporada puedan encarar la próxima «con garantías».