La anterior campaña citrícola no solo será recordada en Castellón como la peor de la historia por los bajos precios percibidos por los agricultores, sino también por el descalabro sufrido en las exportaciones. En cambio, el cierre del 2019 arroja datos esperanzadores, ya que los agrios de la provincia mantienen el tipo. Si el descenso del 2018 fue del 8,20%, el último ejercicio supone una estabilización con una bajada del 1,26%. En concreto, las ventas reflejadas en los datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex) fueron de 696,9 millones de euros.

Otro dato optimista es la disminución de las importaciones, que pasan de 27,1 a 25,4 millones. Aun así, estas cantidades quedan muy lejos de los apenas 2,5 millones facturados por este concepto hace una década. La entrada de fruta procedente de terceros países, especialmente tras los acuerdos de la Unión Europea, sigue mostrando sus efectos.

A la hora de comprobar quiénes son los principales consumidores de las naranjas y mandarinas de Castellón se observan pocos cambios globales. Alemania concentra uno de cada cuatro euros exportados, con 185 millones de euros. Le siguen los vecinos de Francia, con 119,6. El Reino Unido contabilizó 73,7 y los Países Bajos, 70,8. La contextualización de los datos aporta un sabor agridulce, ya que en estos cuatros casos hay descensos, especialmente los dos primeros países. La disminución fue del 6,8% y del 5,2%, respectivamente.

En cambio, el buen comportamiento de otros destinatarios de fruta fresca compensa los nubarrones. Polonia se coloca en la quinta posición y firma un aumento del 16%. Mejor aún es el incremento de Italia, que factura 25,7 millones, con un 23,2%.

A falta del resultado final de esta campaña, en las organizaciones agrarias ya hacen previsiones futuras. El presidente de Fepac-Aasaja, José Vicente Guinot, expresó durante el balance de la organización para el 2019 la fuerza del movimiento exportador «somos líderes mundiales y tenemos esperanza en que se mantengan los precios». En la Unió, su secretario general, Carles Peris, mencionó que tras los aranceles de EEUU las ventas se han replegado a Europa. Y se pregunta si el continente podrá asimilar más producción el año que viene.