Se conoce como el cotonet de les Valls, porque en esa localidad valenciana se detectó por primera vez, aunque en realidad su origen está en Sudáfrica, y es una consecuencia de las escasas exigencias que la Unión Europea aplica a la citricultura procedente de terceros países. La plaga está muy extendida en todas las comarcas productoras de Castellón, lo que pone en riesgo el esperado aumento de la producción en variedades como la clemenules a partir de otoño, además de generar unas pérdidas de 78 millones de euros en la provincia, según el estudio de AVA-Asaja.

Es por ello que colectivos de agricultores de Vila-real y Nules convocaron una protesta para reclamar ayudas y exigir a las administraciones soluciones que atajen el problema.

Para el director de la Cooperativa Agrícola Sant Josep de Burriana y presidente de Intercoop Comercial, Juan Vicente Moros, esto «es un ejemplo del error de la administración europea al no controlar las importaciones», con la circunstancia añadida de que desde hace unos meses ya no es posible el uso del metilclorpirifós para actuar contra la expansión. «Como no hay fitosanitario y la lucha biológica llega tarde, es posible que los campos tengan que abandonarse en 2-3 años», añadió en la jornada telemática sobre el futuro del campo organizada por Mediterráneo con la colaboración de Cajamar

Por parte de la Conselleria de Agricultura, María Teresa Cháfer aludió a la esperanza de los nuevos tratamientos experimentales, «como ya ocurrió con el arroz o la viña», aunque reconoció la dificultad que encuentran para que el Ministerio de Agricultura actúe con más rapidez.

RESPALDO DEL PP / El portavoz del PP en la Diputación, Vicent Sales, anunció la presentación de una moción de apoyo al sector en la que se reclamen compensaciones ante la grave plaga. «La agricultura es parte fundamental de la economía de la provincia y se deben aportar soluciones», expuso, además de reclamar la utilización de «fitosanitarios eficaces».