«El sector de fritas, esmaltes y colores cerámicos posiblemente tenga que subir precios ante el encarecimiento de las materias primas empleadas en el sector». El augurio lo ha lanzado el propio presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc), Miguel Ángel Michavila, quien destaca la «preocupación» de las distintas empresas de su sector ante «los nuevos incrementos de precios de algunas materias primas que se emplean en la fabricación de fritas, esmaltes, colores y tintas cerámicas».

La patronal de fabricantes afirma que en los últimos meses «se ha reiterado» la situación de «inestabilidad» en materias como «el óxido de zinc, que ha subido un 60%; el óxido de cobalto, un 57%; el óxido de cromo, un 35%, los óxidos de titanio y estaño, un 52 y 45%, respectivamente». «Se trata de productos clave en la producción de las fritas y colores cerámicos, y todo apunta a que los precios sigan subiendo a lo largo del año», vaticina el presidente de Anffecc, quien subraya que «suponen entre el 50 y el 60% del precio de venta». ¿Las razones? Miguel Ángel Michavila lo achaca no solo al encarecimiento de las materias primas en sí, sino a que «varias cotizan en la LME -la bolsa de metales de Londres-, lo que sumado al cambio USD/EUR, es otra variable que repercute en los precios finales de los productos fabricados», concreta.

Sobre este último punto, especifica que «la paridad euro/dólar, que en este momento está muy igualada, incrementa los precios en un 5% como mínimo».

¿Y AHORA QUÉ? // El presidente indica que «es difícil prever cuánto afectarán estos incrementos en los costes de producción, pero nuestras empresas han ido absorbiendo en los últimos tiempos los efectos de la crisis, reduciendo cada vez más sus márgenes de producción, por lo que los últimos incrementos de precios de las materias primas no resultan asumibles en una situación que ya de por sí es de escasa rentabilidad en muchos productos».

Michavila anima a seguir ahondando en la apuesta por la I+D+i: «No podemos limitarnos a seguir produciendo lo mismo que los nuevos países productores, con los que difícilmente podemos competir en coste. Hay que ofrecer productos distintos y nuevos usos para la cerámica, con calidad, innovación y diseño».