Los falsos autónomos de la principal empresa cárnica de Castellón, Productos Florida, declaran la huelga de hambre indefinida comenzada este martes y secundada por el 95% de empleados, que integran la plantilla de Servicarne, declarada «falsa cooperativa» mediante Inspección de Trabajo, según la Confederación Nacional de Trabajadores.

Además, para evitar la contratación directa, Productos Florida creó una entidad pantalla, Elaborados San Lucre, para absorber a los cooperativistas de Servicarne, pero no a través de Florida, tal y como indican las mismas fuentes, con lo que perderían todos los derechos laborales acumulados durante años.

La Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) denuncia que Servicarne es una «falsa asociación» que emplea a su plantilla como «falsos autónomos», muchos de ellos inmigrantes y mujeres, cuando la realidad refleja que son trabajadores por cuenta ajena de la firma principal.

CESIÓN ILEGAL

Inspección de Trabajo lanzó una resolución el pasado año que dictaminó que «hubo cesión ilegal de trabajadores desde Servicarne». A raíz de aquella denuncia laboral, que no ha tenido aún una sentencia judicial, Productos Florida creó la empresa ad hoc San Lucre, indican desde CNT, «para intentar absorber a los empleados de la delegación de Servicarne, pero no a través de Productos Florida, con lo que perdían la antigüedad y los derechos acumulados durante, en algunos casos, más de 14 años».

REBAJA DE LA JORNADA

Y es que la situación para los huelguistas es crítica. Dado que muchos han rehusado a formar parte de la nueva firma, Servicarne ha reducido sus horas de trabajo «incluso a una o dos al día, y en semanas alternas», cuenta Valentina Simion (6 años en la empresa) a Mediterráneo. Un testimonio compartido por el resto de trabajadores, quienes denuncian los «cambios de turno abusivos y continuados», lo que se traduce en una rebaja del salario mensual a menos de 200 euros en la mayoría de los casos, teniendo que pagar además la cuota del autónomo. «Directamente pagamos por ir a trabajar», ratifican dos más de los afectados, Houari Mansour (cuatro años en la empresa) y Leonor García (ocho años), quienes se sienten «completamente asfixiados y sin alternativas, presionados para verse obligados a coger la baja voluntaria».

Los más de 70 trabajadores que se encuentran afincados en el matadero de Almassora con tiendas de campaña tienen claro que llegarán hasta el final. Con la ayuda de Antonio Ruiz, asesor sindical y jurídico, los damnificados dicen «no tener nada que perder» y lucharán «hasta que la empresa se pronuncie o vayan a juicio».