Los enfermeros de la provincia de Castellón advierten que la falta de estos profesionales en las residencias de mayores merma el servicio que reciben los usuarios de estos centros para hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Así lo denuncian a través del periódico Mediterráneo tanto el Colegio de Enfermería de Castellón como el sindicato CCOO y trabajadores de este sector, quienes reivindican una mayor presencia de los mismos en las residencias de la provincia. El presidente del Colegio de Enfermería de Castellón, Francisco Pareja, destaca que las condiciones laborales en los geriátricos donde residen las personas mayores (no se acumulan puntos para poder optar a una oposición, sueldos bajos y gran carga de trabajo) hacen que los profesionales prefieran optar por trabajar en la pública en lugar de en estas residencias. Una situación que provoca que la falta de enfermeros obligue a que estos sean sustituidos por auxiliares, que no tienen la misma formación que los primeros.

En el mismo sentido se pronunció Virginia Sales, delegada del departamento de Sanidad de CCOO, quien denuncia «las malas condiciones laborales, los sueldos vergonzosos y la gran carga asistencial y psicológica» de los enfermeros en las residencias de mayores, «principalmente en las privadas, aunque también en las públicas porque piden exclusividad». «Todos los profesionales se marchan a trabajar a la pública y la calidad del trabajo de los auxiliares que los sustituyen no es la misma porque no tienen la titularidad para desempeñar las funciones de un enfermero, por lo que el servicio, y más aún hoy en día con la pandemia del covid-19, no es igual que si lo prestara un profesional de la enfermería», dice.

URGENCIAS

El problema de la falta de enfermeros se vuelve más acuciante a la hora de resolver «alguna urgencia vital o de administrar medicamentos, ya que los auxiliares no tienen la misma formación» , aseguran otros enfermeros consultados, quienes insisten en que la enfermería no está cubierta las 24 horas en las residencias de mayores (sobre todo en las privadas) y la situación para los auxiliares «es complicada porque están solos ante el peligro y más aún hoy en día que la carga de trabajo aumenta con el covid-19».

PRESIDENT

Sin embargo, ayer mismo, el president de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró, sobre este asunto, que no ve conveniente medicalizar las residencias de mayores ni hospitalizarlas de manera permanente porque «son el espacio donde habitan personas con la mayor dignidad posible al final de sus vidas», argumentó. «Las residencias no son y no deben ser hospitales», defendió.

Para Puig, cara a los próximos meses, será necesaria una mayor conexión entre las residencias y los centros de salud para garantizar la seguridad, tanto a los usuarios como a los trabajadores y a los familiares. Esto supondría una mayor dotación en los ambulatorios para esta atención.