El azulejo español vive un momento dulce en Estados Unidos, pero mantener el crecimiento en los próximos años pasa por superar algunos problemas que ya se detectan en la actualidad pese a que las ventas van al alza. Uno de ellos es la falta de colocadores de cerámica expertos en Estados Unidos, cuyo sector de la construcción ha crecido mucho en los últimos años, obligando a las empresas a echar mano de mano de obra poco cualificada.

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Vicente Nomdedeu, alzó la voz de alarma en los días previos a la última edición de Cevisama, cuando advirtió de que Estados Unidos era, junto a los mercados europeos maduros, la clave para mantener el crecimiento en un 2019 que arrancó marcado por la desaceleración. En esa línea, advirtió de que no solo las baldosas cerámicas crecen en el país que preside Donald Trump, sino también otros materiales sustitutivos como el vinilo, mucho más fácil de instalar puesto que incluso puede hacerlo el propio usuario.

«Nuestro producto no está completo hasta que se coloca y es clave que tanto la selección del producto adecuada al uso, como la técnica y soportes de colocación sean adecuadas», indicó Nomdedeu.

También el secretario general de la Asociación Profesional de Alicatadores Profesionales (Proalso), Matías Martínez, señaló que la creciente especialización de la cerámica, con piezas más grandes y espesores más finos, «requieren de una creciente especialización por parte de los trabajadores, algo que no ocurre en Estados Unidos». Así lo corrobora el director de ventas y marketing en Estados Unidos de una de las grandes empresas españolas: «la construcción ha crecido a un ritmo muy elevado en los últimos años y prácticamente hay pleno empleo en el sector, por lo que en muchas ocasiones hay que contratar a personas con nula experiencia previa».

Martínez (Proalso) explicó que las empresas españolas se dedican a la producción y la comercialización y no suelen implicarse en la colocación, «pero después sí que reciben las quejas por las malas prácticas, algo que no solo ocurre en Estados Unidos sino incluso aquí en España».