Fui niño en la calle Gobernador, en el entorno del Palacio del Obispo. Debuté en el teatro en el salón habilitado para ello en lo que había sido cochera del obispado, pero recuerdo que, al jugar al escondite y cosas así, nuestra tendencia era la de frecuentar la calle de Cardona Vives y asomarnos a la calle Mayor. En la esquina, el zapatero remendón y excelso pintor Paco Badía, nos ofrecía cálida acogida. Y allí enfrente, en la misma calle Mayor, desde el pintoresco local de ida y vuelta de una agencia de transportes, hasta almacén de agrios y otros productos agrícolas, nos obligaba a dirigir allí nuestra mirada, a modo de punto de arranque de la calle Colón, que nos podía conducir al corazón de la ciudad. Y los apellidos de Breva, Vicent y Sanchis nos llegaban como muy familiares, muy de Castellón. Ahora, tantísimos años después, las circunstancias me ofrecen la proximidad con un médico de familia, que allí había nacido y por allí lo vi también corretear cuando él era un muchacho y yo ya un adulto que casi había pasado por todo. Y Breva Sanchis son sus apellidos. Con una castellonera historia familiar que va apareciendo entre toma de tensión y auriculares para auscultar.
Orígenes
Los orígenes de esta familia hay que buscarlos en el antiguo carrer Ample, es decir, la hoy calle Navarra, labradores de soca, aunque la juventud de Breva Vicent hay que contemplarla en su noviazgo con Ana Sanchis Boscar, una joven de ‘casa bien’ que había nacido el 28 de septiembre de 1917, que vivía en la calle Mayor, cuyo cabeza de familia fue un emprendedor comerciante y que estuvo casado --eran los padres de Ana-- con Josefa Boscar Albiol, formando en su conjunto una familia muy significada y tradicional del corazón de la ciudad.
Ya tengo dicho y escrito que buceando en busca de los orígenes de algunos de mis personajes, he tenido ocasión de observar que los clásicos historiadores de los orígenes de Castellón, sitúan a la calle Mayor y sus alrededores como que allí comenzó a fraguar el grupo de viviendas, el carácter y el espíritu de los castellonenses. Y también que no son ajenos a aquello la comunidad de padres agustinos, los sacerdotes que cuidaron desde siempre de la iglesia de San Agustín y estuvieron arropados por aquel vecindario, familias de mucho renombre e influencia vecinal en la ciudad.
La vida
El llamado Juan Bautista Breva Vicent nació el 28 de noviembre de 1916 en Castellón. Cumpliría ahora cien años, aunque falleció el 20 de julio de 1986. Fueron sus padres Bautista Breva Pérez y Francisca Vicent Claramonte, matrimonio que fueron padres de siete hijos, es decir, Francisca, Juan Bautista, Teresa, Consuelo, Rosa, María Lidón y José María. El personaje de hoy es el segundo de los siete hermanos, o sea, Juan Bautista. Se ennovió y contrajo matrimonio con Ana Sanchis Boscar, muy castellonera. Juan Bautista era un fiel católico practicante, bautizado en la iglesia de la Trinidad y fue allí mismo donde a su tiempo conoció a su esposa, que cantaba en dicha parroquia. Me dicen que tenía una voz prodigiosa, era lo que se conoce como tiple ligera y solía actuar en el Teatro Principal en varias zarzuelas que dirigía el que fuera popular médico don José Sanahuja, también casado con una Sanchis, con Josefa, El matrimonio entre Juan Bautista y Ana tuvo lugar el 24 de junio de 1946, en San Agustín.
Innovador, muy despierto en las actividades comerciales, creó también una empresa de exportación titulada como El Turbante, sin saber el porqué.
Empresario
Juan Bautista intervino igualmente como representante de comercio de notables empresas, y se aventuró con la creación de una comercial de transportes, adquiriendo varios camiones. Y, con otro ritmo, también se atrevió con una empresa de ladrillos y baldosas. Era una novedad en aquellos tiempos. Gozaba de una preparación destacada con el bachillerato, así como Peritaje Mercantil y Magisterio.
Con todo, tanto él como su esposa Ana, han tenido también siete hijos. Fue una de las grandes alegrías del matrimonio cuando se fueron casando: Ana Teresa, enfermera y maestra casó con Juan; el abogado y maestro Juan José con Mari Carmen; el profesor y físico Miguel Ángel con Ángeles; Vicente Ramón, Procurador de los Tribunales con Mari Carmen; igualmente Procurador y abogado, Rafael, casó con María Ángeles; José María, mi médico de cabecera, con María José; y Alejandro con Carmen.
Su gran cambio llegó al convertirse en Procurador de los Tribunales, título al que fue accediendo mientras era administrador de fincas y agente de la propiedad inmobiliaria, así como el estar al cuidado de las fincas rústicas de naranjos del resto.
Mientras, el señor Breva con el orgullo y la alegría de todos, se volcó en la actividad de entidades de tanto arraigo en Castellón, como la Cofradía de la Sangre y la Cofradía de la Mare de Déu de Lledó. Ejerció de secretario y de administrador, de tesorero...
Al servicio de los demás
Juan Bautista ha sido siempre consciente de que el gran esfuerzo y sacrificio que cuesta estar al servicio de los demás, tiene su recompensa. Las horas de estudio empleadas para convertirse en Procurador de los Tribunales, le fueron compensadas por poder intervenir en el término municipal de Llucena y, especialmente, en Castellón, desde el 25 de mayo de 1948, con su flamante despacho en la calle Mayor, frente a la plaza de Cardona Vives que aparecería después, donde todavía están en activo algunos hijos y nietos. Siempre ha sido un ejemplo para todos. Y tiene quince nietos, llamados Juan José, Javi, Jorge, Miguel Ángel, Juan Carlos, Vicente, Ximo, Mari Carmen, Rafa, Jaime, Ana, Fernando, Isabel, Cristina y Joan, todos en sus apellidos los Breva o Sanchis, o Vicent, como una bandera que habla de Castellón.
Para completar la ficha, tengo gusto en reproducir también los nombres de los siete biznietos. Son Amanda, Lucas, María, Jorge, Elena, Clara y Daniel. Naturalmente, lo que yo recuerdo más es la vivienda familiar de la calle Mayor, aunque vivieron un tiempo en la avenida del Mar, pero en cualquiera de los distritos de la ciudad, hay un apellido que recuerda a don Juan Bautista.