No todas las farmacias están en las principales vías urbanas con un trasiego de personas y ventas continuo. Para casi 40 oficinas de farmacia situadas en el interior de la provincia de Castellón abrir la persiana todas las mañanas supone un esfuerzo económico que hace peligrar su continuidad pese a que, en muchos casos, son el profesional sanitario más cercano que tienen los vecinos. Son las denominadas farmacias de viabilidad económica comprometida (VEC), que se han unido en una asociación, a nivel autonómico, para demandar medidas y cambios legislativos que les garanticen una continuidad en las zonas donde la despoblación es un grave problema.

Está previsto crear la entidad de manera oficial en las próximas semanas, según resalta Paula Mateu, farmacéutica de Ludiente que lleva meses trabajando para lograr el respaldo del Consell.

400 HABITANTES // Las farmacias VEC están, normalmente, en núcleos de menos de 400 habitantes y su facturación no llega al 10% de lo que ingresa de media una botica. Se denomina así a aquellas que no llegan a 200.000 euros anuales, aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de su facturación proviene de medicamentos financiados por la Seguridad Social, por tanto, su margen de beneficio es reducido. En la Comunitat son 73, todas de carácter rural, y su número va mermando año tras año por su comprometida rentabilidad. La provincia con más boticas de este tipo (37) es Castellón, ya que cuenta con el mayor número de municipios de menos de 500 habitantes, 65 según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 21 están radicadas en Valencia y otras 15 se ubican en Alicante.

sin salario base // «La dedicación del farmacéutico rural supone un gran ahorro al sistema sanitario, pero, en contraposición, su salario no suele llegar al salario base mínimo interprofesional», destaca Mateu, al tiempo que remarca que estas boticas reciben, como cantidad máxima, 800 euros al mes en ayudas, por lo que su «situación es muy crítica», subraya. «Hay quien opta por cerrar, pero si nosotros nos vamos de los pueblos, los vecinos, la mayoría gente mayor, se quedan sin nadie que le sirva los medicamentos», apunta esta farmacéutica.

Un grupo de farmacéuticos rurales se reunió con el diputado de Compromís en la comisión de Sanidad de Les Corts, Carles Esteve. Su objetivo por ahora es darse a conocer y, en el futuro, elevar demandas concretas para garantizar su supervivencia, ya que, como destacan, hay pueblos en los que el farmacéutico es el único profesional sanitario que hay «durante muchas horas». Además, es un servicio indispensable para una localidad.