La fauna salvaje ya supone un grave problema para el sector primario castellonense e incluso ha sido considerada una plaga en algunos puntos de la provincia. Tanto es así que en varias localidades de la Plana Alta, como en el Pla de Vilafamés, Vall d’Alba, Benlloc o Vilanova d’Alcolea, «hay agricultores que han dejado de sembrar cereal porque se lo comen los conejos» antes de que pueda entrar en producción, señala el responsable de fauna salvaje de la Unió de Llauradors, Francis Ferreres.

Su secretario general, Ramón Mampel, confirma que uno de sus alimentos preferidos es «el cereal», pero también lo son los troncos de los frutales y «los plantones de la viña». Y es que la población de este mamífero, que ha logrado superar la amenaza de la mixomatosis, se ha multiplicado en toda España... y Castellón no es una excepción.

Pero no es la única, jabalís y cabras montesas también proliferan, en muchos casos compartiendo hábitat con el conejo, como recoge el reciente informe que ha elaborado la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente para prevenir daños de la fauna cinegética y del que ya informó Mediterráneo.

Más amenazas

Aquellos tres animales ya suponen pérdidas millonarias para los agricultores y ganaderos, que ven cómo el aumento de población de cabras y cérvidos extiende enfermedades, como la sarna, que antes tenían controladas.

En este sentido, el delegado en Castellón de la Federación de Caza de la Comunitat, Máximo Belenguer, señala que la cabra montesa y el corzo «serán la futura plaga de la provincia si la Administración no toma medidas rápidas y contundentes». Y es que, según señala, en el prelitoral provincial, desde les Useres, hasta Culla o la Torre d’en Besora, «donde comienza el cultivo del almendro, ya hay serios problemas con las cabras, que se comen los frutos».

Pero hay otras especies que no aparecen en el informe y que también suponen una amenaza. Ferreres recuerda los estorninos o las urracas y, ante su propagación, pide a la Administración que actúe y dote de recursos económicos, «igual que hace, por ejemplo, con la mosca de la fruta». En este sentido, y como Belenguer, solicita nuevos estudios que respondan a estos nuevos retos de los productores primarios de la provincia para después adoptar las medidas oportunas.

Y es que, como señala el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, la provincia de Castellón cuenta con una mayor densidad forestal que la Comunitat y esto hace que los daños de la fauna sean «mayores». Por el momento, se han adoptado medidas concretas para casos específicos: la caza de conejos en el entorno del aeropuerto, el huroneo en sus madrigueras o las batidas de jabalís, que según Belenguer «están dando frutos, se abaten muchos animales en un periodo corto de tiempo y además sin ningún coste para la Administración».

Y es que a este pariente del cerdo doméstico le gusta todo lo que se cultiva en la provincia. «Entra en todos los campos: almendra, oliva, maíz, algarrobas, melones, cítricos, e incluso destroza construcciones de piedra en seco en busca de caracoles», señala Ramón Mampel. La sequía del campo y el aumento de la población ha cambiado los hábitos de este mamífero que, como el conejo, está incluido entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.

Por todo ello, desde las organizaciones de agricultores piden a la Administración autonómica que elimine trabas burocráticas para facilitar su caza y la de otros animales... y los cazadores están dispuestos a colaborar.