Pasaban las diez de la noche del pasado martes cuando la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, daba, a través de Twitter, la noticia que nadie quería escuchar: «Me acaba de llamar el president, Ximo Puig, para comunicarme la decisión de suspensión de las fiestas de la Magdalena». A partir de ahí, tristeza y desorientación --pero también responsabilidad--, entre los castellonenses en general y los festeros en particular. La semana grande quedaba aplazada sine die por el coronavirus.

Un martes ‘negro’ en la capital de la Plana

El martes por la mañana, el rumor ya estaba en la calle y a medida que iba pasando el día se intensificaba. El decreto de anulación de las festividades, tanto Fallas como la Magdalena, se había firmado durante la tarde, después de la celebración del Consejo de Ministros. Sin embargo, no fue hasta después de una reunión del president Ximo Puig en el Palau de la Generalitat cuando la primera edila emitió un breve tuit a través de su cuenta personal. Ya era tarde y las reacciones oficiales se dejaron para el día siguiente aunque Amparo Marco declaró también que se trataba de una decisión muy dura pero, «aunque nos duela, se trata de una cuestión de salud pública», recalcó.

La inmediata reacción de las autoridades de la ciudad

La jornada del miércoles fue maratoniana. A primera hora de la mañana, la alcaldesa convocaba una junta de portavoces urgente para explicarles la situación en primera persona. Todos los grupos municipales hacían piña ante una decisión tan difícil apelando a la responsabilidad. A este encuentro siguió una junta de gobierno extraordinaria y una comparecencia pública ante los medios de comunicación para dar cuenta a la ciudadanía. El gesto alicaído de la primera edila, junto a su equipo de gobierno, ponía de manifiesto las horas complicadas por las que atravesaba la ciudad. Era entonces cuando Marco aseguraba que se trataba de un aplazamiento y que Castelló tendría sus fiestas de la Magdalena del 2020. Eso sí, sin dar fechas porque serán cuando la situación sanitaria y de salud pública lo permita. El Consell Rector de Festes también fue informado y avaló la decisión tomada por las autoridades.

Y, por la tarde, la representante municipal, acompañada por la concejala de Fiestas, Pilar Escuder, se reunía también con las reinas de las fiestas, los pregoneros, los miembros de la comisión del 75º aniversario, y colectivos como collas, gaiatas, entes vinculados o festes de carrer además de la Cámara de Comercio y los representantes de la empresa de la plaza de toros. Todos ellos entendieron la necesidad de aplazar las fiestas de la Magdalena y confiaron en que se celebren este mismo año. De hecho, vecinos y colectivos se inclinan ya por las fechas de junio o mayo, y algunos por el mes de septiembre.

El ‘món de la festa’ cancela sus actos programados

Los festeros han tenido una reacción ejemplarizante frente a esta crisis que ha llevado a que las fiestas que ya tenían organizadas se demoren y que ha dejado en el aire un negocio de 19 millones de euros. Las reuniones de los colectivos como la Gestora de Gaiates o la colla del Rei Barbut, entre otros, y la anulación de todos los actos que tenían previstos la Gestora, la Federació de Colles o los entes vinculados, además de collas privadas, han sido una constante durante estos días.

De hecho, algunos de estos han remitido un comunicado a sus miembros pidiéndoles, al igual que ha hecho el consistorio, que se abstengan de realizar y participar en ningún acto alternativo a las fiestas de la Magdalena que tenían que haberse realizado. Por prevención y por responsabilidad. La Gestora de Gaiates, que aglutina a los 19 sectores, se congregaba de urgencia el pasado jueves y decidió que ayer sábado se cerrara el almacén municipal donde se han construido los monumentos. Estos quedarán tal cual y, por el momento, no serán calificados por parte del jurado. Por su parte, la Federació de Colles también ha determinado la suspensión de las asambleas de la entidad y el cierre de su sede. Tanto la Gestora como la entidad que aglutina a las collas, instan a la ciudadanía a unirse a la campaña #yomequedoencasa para evitar la proliferación del coronavirus.

Volver a demostrar el ‘orgull de genealogia’

El aplazamiento de las fiestas conlleva también el compromiso del consistorio de facilitar la burocracia para futuros permisos o licencias, así como solicitar ayudas tanto al Gobierno central como a la Generalitat valenciana para los colectivos a los que este retraso en la celebración de las fiestas les haya supuesto cuantiosas pérdidas.

El consistorio, el món de la festa y los castellonenses en general esperan ya el día en el que la alcaldesa de la ciudad anuncie la fecha definitiva en la que Castelló podrá volver a demostrar, por fin, su orgull de genealogia y rememorar su fundación, en un año muy especial, en el que se conmemora el 75º aniversario de las fiestas.