Las fiestas de agosto paralizaron ayer la ciudad de Castellón en un día donde las paellas de pato, junto a las vaquillas, fueron las auténticas protagonistas de la jornada. Los vecinos de los barrios San Agustín y San Marcos y del Serrallo festejaron a la Virgen de la Asunción con diferentes actos -entre los que destacaron los gastronómicos, taurinos e infantiles- y a los que se sumaron además las centenares de personas que se congregaron en el Pinar para celebrar este día que hoy da paso, tal y como recoge la tradición, a Sant Roc, y, mañana, el gos.

Los residentes en San Agustín y San Marcos participaron en la misa que se celebró en la iglesia del barrio a media mañana, a la que prosiguió, por la tarde, una suelta de vaquillas y la entrega de trofeos de los concursos organizados por la asociación y fin de fiesta, entrada ya la noche.

LA MEJOR PAELLA / En el Serrallo, los vecinos participaron en el concurso de paellas en el que se cocinaron 32 y la ganadora fue la que realizó el grupo de Nadia y Familia para 55 personas. Una jornada de hermandad donde los más pequeños pudieron disfrutar de juegos infantiles. Por la tarde, hubo vaquillas para los más taurinos que reunieron a un gran número de aficionados y el encierro de carretones para los niños. Estas jornadas festivas en esta zona del Grao de Castellón han reunido durante estos días a alrededor de 7.000 personas, «todo un éxito», tal y como explican desde la asociación de vecinos.

Además de estos dos barrios castellonenses, el Pinar fue otro de los puntos de encuentro del día de ayer para celebrar la fiesta de la Mare de Déu d’Agost y durante todo el miércoles, el recinto fue un hervidero de personas que disfrutaron del sol, de la familia y los amigos. Allí cocinaron también las tradicionales paellas y algunos optaron por la típica torrà de embutido en un día donde el tiempo acompañó.

Por otra parte, los veraneantes de los apartamentos o de las urbanizaciones de montaña de los alrededores de la ciudad tampoco se quisieron perder esta festividad y organizaron también, en su mayoría, concursos de paellas, reuniones para comer y juegos para los niños.

Aunque los barrios de la capital de la Plana finalizaron ayer las fiestas que han celebrado por espacio de unos cuatro días de media, algunas de estas urbanizaciones proseguirán hasta el domingo para cerrar, entonces, las celebraciones tradicionales hasta el próximo verano. Queda todo un año para poder organizar de nuevo la festividad en honor a la Asunción.