El Ayuntamiento de Figueroles, a través de la Concejalía de Patrimonio, impulsó la restauración de los lavaderos municipales que datan del año 1932. Aunque en 1985 fueron remodelados, con el paso del tiempo precisaban de una segunda intervención para subsanar problemas de grietas y humedades. El primer teniente de alcalde, Óscar Escrig, muestró su satisfacción porque ahora, con una inversión de más de 15.000 euros y a través de la Asociación Intermunicipal de Municipios de Penyagolosa, han podido hacer realidad su objetivo.

Las obras consistieron en adecentar la cubierta para colocar las tejas, restaurar las vigas de madera y rejuntar las paredes.

Asimismo, el consistorio ha querido poner en valor este monumento «tan querido» por los vecinos, con la instalación, en una de sus paredes interiores, de paneles divulgativos para explicar su historia. Para completar los datos, contaron con la aportación de información del historiador local, Amadeu Porcar.

USO / Actualmente, el lavadero es utilizado por numerosos residentes, con un agua que llega al interior del recinto procedente de la fuente de la plaza de la Iglesia. El consistorio realiza cada semana tareas de mantenimiento, con el cambio del agua y la limpieza de toda la instalación. «Es un monumento histórico que todavía hoy da servicio a los ciudadanos», concluye el concejal.