El 23 de febrero de 1981 es una de las fechas señaladas en la historia reciente de España por el fallido golpe de Estado. Un mes después de que el teniente coronel Tejero entrara pistola en mano y pegando tiros en las Cortes, un joven llamado José Martí comenzó a trabajar como profesor interino, aprobando un año después las oposiciones. El curso recién concluido el pasado junio fue el último en el que ha ejercido como profesor de filosofía y director del Instituto Penyagolosa de Castelló.

Han sido por tanto la friolera de 38 años los que ha dedicado a la docencia, una profesión que ha aparcado para presidir la Diputación. «Guardo muy buen recuerdo de todo ese tiempo. Si te gusta, ser maestro es uno de los mejores trabajos del mundo y me he sentido muy querido por compañeros y alumnos», confiesa la máxima autoridad provincial.

Lo cierto es que el sentimiento en la otra parte del aula parece recíproco, pues los métodos de Martí se asemejaban a los empleados por el protagonista de Merlí, una serie protagonizada también por un profesor de filosofía de instituto empeñado en que sus discípulos entiendan esta materia. «Igual me vestía de Kant, que de Platón. No lo he tenido que hacer tan mal porque este verano, cuando acudí a Herbers al Aplec ya como presidente de la Diputación, un grupo de estudiantes que tuve dejaron lo que estaban haciendo para aplaudirme. Eso es lo que más te llena», asume.

El presidente saliente y entrante fueron alumno y profesor en el IES Penyagolosa.

Entre los alumnos más destacados que pasaron por los pupitres de Martí se encuentra el ya expresidente de la Diputación Javier Moliner, a quien ha sustituido en el cargo: «Ya apuntaba maneras. Como siempre me ha gustado fomentar el diálogo y el pensamiento crítico, ya disentíamos políticamente en el aula, pero recuerdo que le puse muy buena nota». También ha impartido clases el socialista a políticos como Ignasi García (Compromís) o Virginia Martí (PSPV).

Más de Sueras que de Tales

Más de Sueras que de Tales José Martí va a emprender ahora su cuarta legislatura como alcalde de Sueras, una ocupación que ha podido compatibilizar perfectamente con sus obligaciones en la docencia, que fueron en aumento desde que fue nombrado director del Penyagolosa en 1998. «Me costó ser alcalde porque en este pueblo el PP suele ganar en generales y autonómicas», asume el socialista, que apostilla la siguiente anécdota vital: «Además soy un poco un híbrido entre dos pueblos como son Tales y Sueras. Mi madre es de Sueras, igual que mi mujer, pero mi padre es de Tales. Cuando se casaron abrieron una tienda de comestibles en Tales y como existe la típica rivalidad todavía me lo echan en cara», sonríe.

Como especialista en la materia, le preguntamos a José Martí por un libro de filosofía que pudiera servir para desbloquear la situación política a nivel nacional. Esto responde: «Cuando era más joven seguía mucho a Nietzsche, que era más crítico, pero en la actualidad soy un enamorado de la Ilustración y de Kant, pues aunque pueda parecer muy árido, sus textos sirven para anticipar lo que es la ONU, la Unión Europea y la sociedad cosmopolita que después evolucionaría Habermas. Defienden el logos y una palabra muy bonita que es diálogo, que intentaremos aplicar en la Diputación».