Las firmas citrícolas castellonenses han descubierto en China “un nuevo mercado” en la presente campaña. Lo destaca el presidente de la Asociación provincial de exportadores (Asociex), Jorge García, y lo confirman las cifras del Icex. Hasta el año pasado, en la mayoría de ejercicios la exportación al gigante asiático era inexistente (tan solo unos 10.000 euros en el 2006 y poco más de 14.000 en el 2007), pero en el 2015 la cifra ya superó el medio millón de euros y este año en solo dos meses se ha sumado la mitad.

El motivo es que el Ministerio ha firmado por primera vez un protocolo que permite el envío de fruta al gigante asiático, lo que ha abierto su mercado. Aunque hasta ahora se podían remitir contenedores a través de Hong Kong, lo cierto es que no eran demasiados y el protocolo ha dado un impulso a la exportación.

Este documento establece que la fruta debe pasar 22 días refrigerada antes de llegar a China (al igual que sucede con los Estados Unidos). Y dado que la clemenules no soporta demasiado bien este viaje, asegura García Ballester, se están enviando “naranjas, sobre todo lane lates y valencias, y ortaniques”. Los contenedores parten del puerto de Valencia, dado que el de Castellón no tiene conexión directa con China.

Esto está motivando que compañías importadoras chinas “están empezando a venir a comprar fruta”, dice García, quien no descarta que en un futuro “se pueda hacer algún barco” y mejorar el envío de contenedores sueltos.

Eso sí, el presidente de la patronal citrícola castellonense no es optimista a la hora de recuperar el mercado de los Estados Unidos, en clara caída, a pesar del veto a la fruta marroquí por hallar mosca de la fruta en un envío. H