Los armadores de cerco del Grao de Castellón proponen aumentar las tallas mínimas de sardina y boquerón para salvaguardar estas especies, cuyas capturas --sobre todo de la primera-- caen alarmantemente en los últimos años, como ayer informó este diario. Según el documento que manejan --para consensuar con el resto de cofradías (también en Vinaròs y Burriana practican esta modalidad)--, el fanal de Castellón desea aumentar la medida mínima de la sardina de 11 a 12 centímetros y la de anchoa de 9 a 11, así como también reducir el número máximo de especímenes que conforman un kilo, lo que equivale a aumentar el tallaje.

No en vano, el tamaño considerado como de madurez para el boquerón es de 10,5 centímetros, con lo que muchos caen en las redes antes de poder reproducirse, una de las razones que los expertos apuntan como causa de su declive. Los pescadores de cerco del Grao también quieren reducir sus cuotas de capturas, que ahora ya tienen limitadas por debajo de la legalidad pero que no suelen alcanzar en los últimos años.

Esto en cuanto a las medidas de cerco, mientras que el arrastre del Grao pretende excluir de la pesca los fondos litorales de menos de 35 metros de profundidad (hace unos años tenían el límite en 30 metros, pero se eliminó para fijarlo en 3 millas de la costa).

Así consta en los documentos que deben consensuar con el resto de cofradías el próximo jueves, cuando hay reunión de la Federación provincial. Antes, se verá cada cofradía por su cuenta y posteriormente con las de la Comunitat para poner en común unas medidas que elevarán hacia final de mes --“el 17, como pretende el Ministerio, es imposible”, señala su presidente, Miguel Castell--.

Algunas medidas que propone el sector son “más agresivas” que las del Gobierno, indica el patrón mayor del Grao, Manuel Peña. Y es que, por ejemplo, la limitación horaria que pretende el Ministerio, de 48 horas semanales, “ya se cumple en Castellón”, dice. H