La escasa circulación de trenes entre Castellón y Tarragona es, junto al precio de las obras y la duración de las mismas --con las consiguientes molestias para los usuarios--, el principal motivo que esgrime el Ministerio de Fomento para rechazar la construcción de doble plataforma o tercer hilo en este tramo clave para las empresas exportadoras de la provincia. El proyecto, del que ayer salió a información pública el estudio informativo y que difícilmente estará en marcha hasta el 2022, solo prevé la sustitución del ancho ibérico actual por el ancho internacional.

Según el citado estudio, el tramo entre Castelló y Tarragona presenta una circulación media diaria de 72 convoyes en ambos sentidos, lo que implica un índice de saturación que ronda entre el 30% y el 45% en los momentos del día de más tráfico. Además, según Adif, la previsión para el futuro Corredor es que el número de trenes de mercancías se incremente, pero hasta unos niveles de congestión que en ningún caso superarían el 70% en las horas punta de los días laborables. El informe es claro al afirmar que son estos datos los que hacen «poco viable a corto plazo», una duplicación de la plataforma como la que piden los empresarios de la provincia para evitar que los trenes de mercancías coincidan con los de pasajeros, lo que retrasa su recorrido hasta Europa.

Además, Fomento también apunta de forma explícita el precio --previsto actualmente en 81 millones de euros, que se incrementaría en varios millones-- y la duración de las obras --que pasarían de año y medio a al menos cuatro años al tener que rehacerse los proyectos-- como motivos de su decisión de implantar el ancho internacional sin dejar las actuales vías en ibérico.

TRENES DE HASTA 750 METROS // El futuro corredor mediterráneo hasta Tarragona tiene como objetivo fundamental incrementar el tráfico ferroviario de mercancías entre la Comunitat y Europa, que en la actualidad es residual. Uno de los grandes avances que en este sentido se incluyen en el proyecto es la adaptación del recorrido para el paso de convoyes de hasta 750 metros de largo. Para ello, habrá que acometer mejoras en varias estaciones de la provincia y construir nuevos apartaderos que permitan a estos ferrocarriles hacerse a un lado para no interferir en el tráfico de pasajeros, mayoritario en estas vías.

El comisionado gubernamental para el Corredor, Josep Vicent Boira, explicó a Mediterráneo que los trenes de más longitud posibilitarán que el tráfico ferroviario sea al fin rentable. «En la actualidad los convoyes más largos que circulan por el eje mediterráneo difícilmente alcanzan los 450 metros, por lo que este aumento de la longitud y los vagones beneficiará a sectores como el automóvil, pero también al azulejo de Castellón».

PENDIENTE DE más TRAMOS // Boira explicó que el proyecto, que tiene un periodo de ejecución de 18 meses, no será una realidad hasta que no estén finalizados el tramo entre Castellbisbal-Martorell y la instalación de la doble plataforma en la segunda vía entre València y Castelló. Durante este tiempo, y ya en el 2020, aún hay que adjudicar los trabajos, lo que implica varios meses y complica que el deseado Corredor hacia el norte pueda ser una realidad el 2021, como pretendía el Gobierno.