L a Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad presentó ayer en la Vall d’Uixó a través de su máximo responsable, Arcadi España, el primer documento del Plan de Acción Territorial (PAT) de Castellón, con el que el Gobierno autonómico pretende sentar las bases del desarrollo de la provincia. Pese a que el documento apunta debilidades más generales, como «la fragilidad frente al cambio climático» y la necesidad de dotar de mayor agilidad a la estructura económica «muy afectada por culpa del covid-19», también desarrolla otras específicas de Castellón de tipo económico, demográfico o estructural, así como sus potencialidades (ver cuadro de la página 3) .

A día de hoy, el PAT es una declaración de intenciones que la Conselleria quiere consensuar durante las cuatro próximas semanas con alcaldes y concejales de los municipios afectados, 70 de los 135 que conforman la provincia, de la Llosa a Torreblanca y de Cortes de Arenoso a Ares, que cuentan en total con 470.000 habitantes y representan el 60% de la superficie de Castellón.

Su envergadura y carácter supramunicipal requiere de «mucha atención y diálogo», pues «en algunos casos sustituirá a la propia normativa urbanística de algunas poblaciones»; y aunque queda «un largo recorrido por completar», el propósito del conseller es que esté listo durante la actual legislatura.

OPORTUNIDADES // El PAT pone la lupa sobre las oportunidades de futuro y las amenazas que se ciernen sobre Castellón. En el primer capítulo, desde la Conselleria resaltan el «potencial» para el desarrollo de una estructura económica «más diversificada», con el área de Castelló como referencia por su «gran potencial logístico».

En turismo, la estrategia del sector debería ir encaminada a captar visitantes que buscan deporte, gastronomía, deporte y turismo rural, aunque también se habla del turismo relacionado con el golf, un objetivo planteado a los representantes autonómicos desde el empresariado provincial.

Asimismo, refleja la existencia de una «franja intermedia», formada por pueblos como Vall d’Alba, les Coves de Vinromà o Cabanes, con «potencial para relocalizar actividades de la franja litoral», lo que ayuda a acerca el desarrollo económico de los municipios de interior y costa.

Muy relacionado con esto, el PAT pone el foco en que «las nuevas demandas de espacio y de vida saludable» pueden conducir a un incremento en la demanda de vivienda en los pueblos.

En la zona limítrofe con Valencia debería tener incidencia de forma positiva la puesta en marcha del nodo logístico de Sagunto; y la cercanía con la capital del Turia tendría que ser aprovechada para lograr «flujos de información e innovación».

AMENAZAS // En el capítulo de amenazas se hace incidencia en la gestión de los suelos, con planeamientos urbanísticos «obsoletos, incapaces de dar respuesta a las demandas y necesidades actuales»; y denuncia asimismo la «complejidad burocrática» para la implantación de usos compatibles en suelo no urbanizable. El PAT advierte además de que se puede acentuar la despoblación, lo que puede traer una ausencia de inversión pública y privada en zonas de interior, especialmente en telecomunicaciones.

Asimismo, califica como amenazas el mantenimiento e incremento en la tendencia del transporte privado motorizado y el retraso en la implantación del corredor mediterráneo en Castellón.

REUTILIZACIÓN // De ser aprobado, el PAT busca aprovechar infraestructuras ya existentes, pero que o no están a pleno rendimiento o incluso están en desuso, por diferentes circunstancias. Tal sería el caso del que han definido como el bulevar de la Plana --el eje Castelló, Almassora, Vila-real--, el suelo degradado de la desaparecida fábrica Imepiel de la Vall d’Uixó, las parcelas industriales «obsoletas» en el tejido urbano de Onda, l’Alcora y Burriana, los terrenos reservados para la actividad terciaria junto a la estación de Renfe de Nules o los suelos industriales del entorno del Castalia, en Castelló.

Incidiendo en la idea de aprovechar estructuras ya existentes, habla de amplias zonas por desarrollar en entornos urbanos que, realmente, tienen un gran potencial por su accesibilidad y buenas conexiones, pero a las que no se les ha sacado todo el partido que ofrecen, las «áreas de nueva centralidad». Sería el caso del entorno de la Universitat Jaume I (sector Cremor), el triángulo sur de la Vall d’Uixó (Fossaret), la antigua europlataforma de Vila-real y el entorno del aeropuerto de Castellón. Para estos espacios, proponen «implantar equipamientos supramunicipales y también operaciones estratégicas de espacios urbanos de usos mixtos».

REFUERZO // Para el responsable de la Conselleria, una de las principales debilidades del territorio castellonense es la necesidad de «reforzar la estructura económica, que ya es muy avanzada, flexibilizándola para hacerla más ágil, protegiendo el territorio».

Según expuso Arcadi España, la burocracia urbanística no puede ser un obstáculo para que una empresa amplíe sus instalaciones o se instale en la provincia, hasta el punto de que «un inversor se eche atrás por ello». A este respecto, considera que una de las propuestas más relevantes del plan es «favorecer esa agilidad administrativa que garantizará el crecimiento económico», al tiempo que «cuidamos nuestro patrimonio medioambiental». H