Aunque he tenido gran número de vivencias y de actividades, debo afirmar que mis treinta y cinco años de librero, en Armengot, han llenado mi vida de sucesos, recuerdos y grandes capítulos de aprendizaje y experiencias.

Estoy todavía en las páginas de la vida del guitarrista Francisco Tárrega. Esta vez, algo me ayuda a aclarar dudas que todavía me acompañan. Y he de contar que, con motivo de un Congreso de Libreros celebrado hace ya muchos años en Galicia, al que asistí como era normal, recuerdo que, entre ponencia y ponencia, hubo unos actos culturales entre los que se incluyó un concierto internacional de guitarra. La estela fue una apasionada discusión sobre el origen de este instrumento. Unos defendían la tesis de que la guitarra fue introducida en España por los árabes, para extenderse después por el resto de Europa. Otra hipótesis asignaba a la guitarra un origen grecorromano llegando hasta nosotros por vía latina. Y cuando visitamos Santiago de Compostela, en ciertas esculturas del Pórtico de la Gloria, vimos como aparecen instrumentos que tienen características latinas y árabes. ¿Quizás se produjo un ‘encuentro’ de los instrumentos de las dos procedencias que dio lugar a la guitarra española actual?

Aclaro que, en mis conversaciones, fue el propio maestro Francisco Tárrega quien me aclaró al máximo mis dudas:

--En primer lugar tengo que recodarte que en el siglo XIV, en textos del Arcipreste de Hita ya se encuentra el término guitarra, aunque con distinción entre mora y latina. En lo personal, yo creo que soy algo más latino; soy mediterráneo, que es ser doblemente latino. Y no te olvides que mis distintas composiciones, por una fuerza interior que me impulsaba a ello, tienen el toque de un cierto embrujo árabe.

--O sea, tienen sangre mora, ¿no?

He de confesar una vez más que he consultado tratados y enciclopedias y observo que para todos los autores los orígenes de la guitarra son oscuros.

El primer tratado puede que fuera del ya citado Arcipreste, pero hay que hablar también de un libro de un autor llamado J.C. Amat, que apareció en 1586 y de otro del siglo XVII de G. Montesardo. También hay quien considera un evidente paralelismo entre la guitarra y la vihuela, también instrumento de cuerda, de diversos tamaños y figuras, pulsado con arco o con plectro.

Precisamente fue un intérprete de la vihuela, José Muñoz, por aquel tiempo empleado de Correos, quien más colaboró con el alcalde Antonio Puerto y con don Leopoldo Querol para poner en marcha el Certamen Internacional de Guitarra de Benicàssim.

VILA-REAL. Ya hablé el primer día de que Vila-real fue la cuna de Francisco Tárrega. Y añado que cerca de donde en tiempos remotos podía contemplarse una ermita dedicada a la Virgen del Rosario, junto al que fuera convento de Sant Pasqual, a la sombra imaginada de lo que hoy es el templo dedicado a Sant Pasqual Bailón, hay en Vila-real el permanente recuerdo de una lápida de mármol con un busto de Tárrega entre el escudo de la ciudad y una guitarra, con una inscripción al pie de la que ya informé hace quince días y que se ha divulgado en tantos y tantos idiomas del mundo, como testimonio del gran amor de un pueblo a su ilustre vecino.

Casa humilde entonces, donde vivió un humilde matrimonio. Gracias a los archivos se puede saber que Francisco Tárrega de Castellón, hijo de Salvador Tárrega y Vicenta Tirado, contraía matrimonio en 1851 y en Vila-real, con Antonia Eixea y Broch, hija de Vicent Eixea y Rosa Broch. Después, nacería el guitarrista, a las cuatro de la madrugada del domingo día 21 de noviembre del año 1852, aproximadamente un año después de que se casaran sus padres.

La pequeña casa fue poblándose poco a poco, aunque sin pausas. Antes de que pasaran los dos años, nació Juan Ramón, después Vicente Pascual, más tarde Concha. La familia tuvo que trasladarse a Castellón, instalándose en el número 6 de la calle de la Morería, junto a donde estuvo un antiguo cementerio árabe (fossar dels moros). Esta nueva casa fue el escenario donde nacieron sucesivamente Antonia, Rosa, Senteta y Vicente, otros Tárrega.

En Vila-real, el cabeza de familia era celador y en Castellón, después de desempeñar el cargo de vigilante de un fielato de consumos, ingresó de conserje en la Casa de Beneficencia, cuando, a la preocupación de mantener a muchos hijos, se añadió la angustia de una casi ceguera que se veía venir con negra perspectiva.

LA PROVINCIA. Avanzando con el tiempo, Francisco Tárrega ya comenzó desde muy joven a dar conciertos en varios pueblos de la provincia de Castellón, aunque él nunca olvidaba que fue en la Vall d’Uixó donde tuvo ocasión de ofrecer su primer concierto completo, un gran espectáculo.

Pero es después de su éxito en el Teatro de la Alhambra de Madrid cuando se afianzó su condición de inspirado compositor y su maestría y brillantez como intérprete, comenzando entonces su carrera de éxitos y popularidad por España y Europa, que llegaría a su cénit cuando en 1967, comenzó el Certamen Internacional de Guitarra de Benicàssim, motivo de estas páginas.