David Cruz, propietario de la Taverna del Forn de Vilafranca, encontró ayer la entrada de su casa sepultada por la nieve en una estampa más propia de Siberia que de esta zona del interior de la provincia. Armado con una pala y mucha paciencia, se decidió a liberar la salida a la calle la Bassa. La fórmula para combatir el frío, dice, no es otra que la de poner la calefacción «a tope» y estar bien abastecidos de leña para encender la chimenea. «No podemos abrir el restaurante porque no se puede acceder a él. Además, todo el mundo está encerrado en casa y no hay visitantes porque las carreteras están cortadas. Así que nos entretenemos como podemos en casa, a la espera de que el temporal pase. No queda otra», relata.

El Ayuntamiento de Vilafranca pidió ayer a sus vecinos, a través del bando municipal, que no caminaran por debajo de los techados ante el riesgo de desprendimiento por enorme nieve acumulada.