Los amantes de la historia contemporánea conocerán perfectamente la figura de Otto Skorzeny, un coronel nazi perteneciente a las Waffen-SS que se hizo popular al rescatar al dictador italiano Benito Mussolini o liderar la Operación Greif previo mandato de Hitler, que le pidió infiltrarse en las líneas enemigas junto a 80 soldados más en las Ardenas para capturar el puerto de Amberes. No menos interesante es la figura de Aline Griffith, la Condesa de Romanones, una aristócrata y escritora estadounidense que llegó a colaborar para la CIA. Los lectores de Mediterráneo se preguntarán qué une a estos personajes y, sobre todo, qué vínculo tienen con Castellón. Pues bien, ambos vivieron en una de las calles con más historia de Madrid cuyo nombre no es otro que Calle Castellón de la Plana.

La capital de nuestra provincia da nombre así a una zona que más allá de dar cobijo a buena parte de la jet set española cuenta con la leyenda negra de ser denominada como la calle de los muertos, porque en la Guerra Civil cuentan que hubo allí un buen número de fusilamientos. Afortunadamente esa época negra de la historia patria dio paso a una más pacífica, siendo esta calle durante el franquismo uno de los lugares de referencia de los norteamericanos que visitaban España por la presencia de la Condesa de Romanones, que albergó en su casa a personajes como Audrey Hepburn, Ava Gardner, los Duques de Windsor o Carolina Herrera.

El conde de Romanones compró este palacete cercano a la embajada japonesa o estadounidense en Madrid en 1948, un año después de contraer matrimonio con la citada Aline Griffith, fallecida el reciente año 2017. Con el paso de los años y el desarrollo urbanístico de los años 60 se convirtió en un distrito con viviendas unifamiliares señoriales que se extendían hasta la colonia de El Viso y en la actualidad es una lugar privilegiado, con un vecindario VIP entre los que se encuentra el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Un ilustre nazi en Madrid

En cuanto a la llegada de Otto Skorzeny a la calle Castellón de la Plana, el héroe nacionalsocialista fue internado en un campo de desnazificación después de los juicios de Núremberg. Skorzeny nunca se retractó de sus ideales nacional-socialistas y escapó rumbo a Madrid el 27 de julio de 1948, donde trabajó como ingeniero representando a prosperas compañías acereras alemanas. Ya afincado en la calle a la que da nombre la capital de la Plana, fue un ferviente partidario de la creación de un cuerpo militar de carácter anticomunista en España, formado por antiguos alemanes nacionalsocialistas refugiados bajo la dictadura de Franco bajo el nombre de Legión Carlos V. Publicó sus memorias en dos tomos titulados Vive peligrosamente y Luchamos y perdimos.

Pese a que durante sus últimos años Otto Skorzeny vivió en la localidad de Alcudia, en las islas Baleares, muriendo a causa de un cáncer de pulmón, su cuerpo fue incinerado en Madrid y la urna con sus restos fue llevada por Alemania hasta Austria.