Las empresas de la provincia de Castellón buscan vías para continuar con su actividad. En este ssentido, van al alza las que optan por fusionarse con otras. Según el Instituo Nacional de Estadística (INE), en lo que va de año, 41 firmas de la provincia han decidido integrarse en otras. Este dato llama especialmente la atención si se tiene en cuenta que durante todo el año 2016, las empresas que decidieron fusionarse fueron una más, 42. Todo apunta que en el 2017 serán muchas más.

Pese a que el número de organizaciones disueltas por esta vía es regular, se producen unos picos más que significativos en los meses de abril de este año, con 35 empresas menos; agosto del 2016, cuando 15 organizaciones se fusionaron; y en octubre del 2014, con 17. Precisamente son esos tres años, junto al 2015, los periodos en los que más entidades se fusionaron, desde el comienzo de la crisis económica, registrando 30 bajas en el 2015 y 49 en el 2014, casi el doble de las que desaparecieron en 2013 (27).

Ante esta situación, el economista castellonense Enrique Domínguez lo tiene claro: «Hay que manejar estos datos con muchísima cautela porque son cifras muy delicadas». No obstante, afirma de forma tajante a Mediterráneo: «No creo que las empresas que decidan fusionarse en Castellón lo hagan para convertirse en una empresa grande, fuerte y dinámica cara a la exportación, más que nada porque en el territorio castellonense perdura un fuerte ambiente de individualismo en el tejido empresarial».

Para ello, dice Domínguez, «tenemos que fijarnos en el tamaño de las empresas que desaparecen porque en muchos casos, las sociedades mercantiles que se fusionan pertenecen a un mismo grupo empresarial. Una práctica que comienza a ser la tónica habitual en los grandes conglomerados empresariales, que buscan la unificación de sus servicios», apunta el economista.

SECTORES / Pese a que los datos que ofrece el INE no especifican a qué sector pertenecen las asociaciones que se fusionan con otras, Domínguez se atreve a decir que la mayoría «se corresponden con el sector servicios, concretamente, comerciales». «El sector del azulejo, especialmente aquí en Castellón, junto al citrícola, por la desaparición de buena parte de las cooperativas, también podrían haber sido objeto de de- saparición, pero estaríamos hablando de empresas de pequeño tamaño, ese es el principal problema al que tenemos que hacer frente». Además, «las cooperativas que quedan son pocas y se encuentran en una situación bastante mala», indica Domínguez.

CRISIS / El economista considera «normal que las empresas no se fusionasen» durante los años más duros de la recesión económica. Así pues, en el 2008 fueron 32 las que decidieron disolverse de esa manera; diez menos en el 2009, 22; en el 2010, 26 se fusionaron; en el 2011, cuatro menos; mientras en el 2012 y el 2013 fueron 22 y 27, respectivamente.