Las mujeres embarazadas que deban someterse a una cesárea podrán estar acompañadas en el quirófano. Así lo ha decidido el Hospital General de Castellón, propulsor de un protocolo que permite a las parturientas someterse a la intervención en compañía de un familiar si así lo desean, siempre que las circunstancias de madre y el bebé no lo desaconsejen.

El centro pretende, así, conseguir que el nivel de estrés de la paciente disminuya, facilitando las condiciones adecuadas para un nacimiento seguro y permitiendo el importante contacto precoz piel con piel con la madre, tras el nacimiento.

El roce madre-hijo regula y mantiene la temperatura infantil, además de mejorar la estabilidad cardio-respiratoria del recién nacido. Desde el centro explican que el acompañamiento durante la cesárea es voluntario y que solo se ofrecerá en caso de anestesia regional (con la madre despierta) y sin que existan riesgos añadidos. En todos los casos será una decisión acordada por el ginecólogo, el anestesista, el neonatólo y los padres del recién nacido.

El acompañamiento no será posible en casos con anestesia general, cesáreas urgentes o aquellas con patología de complicación. Antes de la intervención una auxiliar de enfermería entrega al acompañante un traje quirúrgico y le guía hasta el lado de la gestante, donde permanecerá el tiempo que dure la cesárea, disfrutando de ese momento de intimidad e, incluso, con música.

Los expertos remarcan la importancia que tiene la implicación del padre en el proceso de gestación y en el propio parto.