Casi uno de cada tres euros gastados por la Generalitat se destina a sanidad. Sin duda, acumula una importante parte del presupuesto autonómico, a pesar del problema de la infrafinanciación que padece la Comunitat. Además, la pandemia ha disparado la inversión sanitaria, por lo que ahora más que nunca se requieren recursos, especialmente, teniendo en cuenta el desembolso extraordinario que se debe realizar para garantizar los refuerzos asistenciales durante el verano para atender a los miles de visitantes y turistas.

El propio presidente, Ximo Puig, recordó en una de sus comparecencias recientes después de las reuniones del presidente del Gobierno con los dirigentes autonómicos de los domingos, que aún estaba pendiente el fondo de garantía asistencial, es decir, la compensación económica, por parte del Ejecutivo central, a la Comunitat por la atención sanitaria prestada a pacientes de otras comunidades autónomas. La deuda ronda los 300 millones.

En cuanto a la asistencia a turistas, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, recalcó ayer que no se pueden establecer «fronteras» entre comunidades cuando se pase a la nueva normalidad, y apeló a «la responsabilidad» de quienes se desplacen a la Comunitat si detectan algún síntoma.