La vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, esquivó este lunes las preguntas de la prensa sobre su comparecencia de más de dos horas ante la comisión de secretos oficiales del Congreso de los Diputados para detallar los gastos de los viajes del presidente Pedro Sánchez en el avión oficial Falcon; entre ellos, el realizado en agosto el pasado mes de agosto a Castellón en compañía de su esposa, que incluyó su polémica visita al Festival Internacional de Benicàssim (FIB).

Calvo se limitó a afirmar que el Ejecutivo «no tiene nada que ocultar». De esta forma eludió a los periodistas que preguntaron sobre algún detalle de su comparecencia, sobre la que ni el Gobierno ni los grupos parlamentarios suelen informar del contenido al tratarse de materias clasificadas. Calvo acudió ayer al Congreso para atender una solicitud del PP, que pedía que informase en la también conocida como comisión de secretos oficiales del carácter «secreto» del coste de los viajes del presidente y las personas que lo acompañan en los desplazamientos realizados en helicóptero y avión oficial.

La petición de comparecencia del grupo popular se centró, fundamentalmente, en el viaje que Sánchez realizó en agosto pasado a Castellón, que causó una intensa polémica, ya que el presidente aterrizó en el aeropuerto de Vilanova d’Alcolea a bordo del avión presidencial, acudió primero al Ayuntamiento de Castellón, donde fue recibido por la alcaldesa Amparo Marco, y después mantuvo un encuentro informal con el president de la Generalitat, Ximo Puig para, por la noche, acudir al FIB.

Sin respuestas

A pesar de las muchas peticiones de explicaciones realizadas desde distintos partidos de la oposición, el Gobierno no ha revelado hasta el momento el importe total de ese viaje, escudándose en la Ley de Secretos Oficiales. Tampoco lo hizo este lunes de manera pública la vicepresidenta y ministra de Relaciones con las Cortes.

En todo caso, la actitud de Calvo parece que no hizo otra cosa que dar la razón al hecho de que, de entrada, las expectativas de algunos de los diputados no eran muy altas, en cuanto al volumen de información nueva que podría surgir de la reunión de la comisión. En este sentido se expresaron los portavoces parlamentarios del PNV, Aitor Esteban, o de Esquerra Republicana (ERC), Joan Tardá. «Si nunca dicen nada», comentó Esteban con ironía cuando le preguntaron sobre qué esperaba de la comparecencia de Calvo. «Cuentan lo que quieren y, además, es una información que no se puede utilizar», se quejó igualmente, Tardá.