No solo toallitas higiénicas y bastoncillos de los oídos. En las últimas semanas empiezan a extraer de las redes de alcantarillado y estaciones depuradoras guantes y mascarillas. Restos de material sanitario abandonado en plena pandemia por el covid-19, que están provocando auténticos tapones en muchos puntos de la Comunitat Valenciana. Este tipo de residuos que muchos ciudadanos tiran por el inodoro no son biodegradables y generan importantes obstrucciones en las conducciones de las aguas residuales, obligando al personal que se encarga de la gestión del ciclo integral del agua a reparaciones constantes. En las últimas semanas Hidraqua suma 143 incidencias entre València y Castellón. Son problemas que se producen «diariamente y que obligan a exponer al personal operario de Hidraqua». «Se podrían resolver con un gesto tan sencillo como tirar las toallitas, bastoncillos, mascarillas o guantes al cubo de la basura», dicen desde la compañía.

«Esta cantidad resulta sumamente elevada, ya que los sectores de actividad como servicios o el industrial se han paralizado total o parcialmente y son los que habitualmente concentran una mayor incidencia en las alcantarillas», indica María José Toledo, directora de Operaciones en la Comunitat. Y recuerdan que estos elementos no biodegradables llegan a las depuradoras.

Las empresas del Grupo Gimeno, que se dedican a los residuos y el ciclo integral del agua, también han detectado los mismos problemas. «Durante el tiempo de confinamiento hemos registrado un aumento del 20% de estos residuos, como son las toallitas por ejemplo, y que ha obligado a aumentar la frecuencia de limpieza de algunos elementos de las instalaciones, de una vez cada tres meses a una vez por semana», explica Javier García, subdirector del Área de Saneamiento y Depuración de Facsa. Además, el equipo de limpieza viaria de Fobesa destaca «un incremento importante de guantes y mascarillas en el suelo de la vía pública, especialmente en la salida de los supermercados», concreta sobre el trabajo de estos días.