El portero de Nules, Antonio Pérez, lo ha contado así: “El 18 de julio me pilló en mi casa. Yo tenía 16 años y jugaba al fútbol en un equipo llamado Peña Misteriosa. Mi hermano era el portero titular del Nules. En 1938, me incorporé a filas. Salí hacia Barcelona en el último tren que pasó el Ebro, me habían destinado a Mora de Ebro, donde al principio tuvimos un frente quieto. Nosotros nos bañábamos en una parte del río y ellos en la de enfrente. Incluso nos avisábamos para probar las ametralladoras. Cuando comenzaron las hostilidades, saltamos a sus trincheras, los pillamos dormidos, hicimos prisioneros y comenzó la Batalla del Ebro. Quien no la ha visto, no ha visto nada...”