Los castellonenses lo pasaron de miedo ayer durante la celebración de Halloween. Una fiesta que poco a poco va ganando adeptos en la capital de la Plana y en el distrito marítimo.

Así, a los disfraces de zombies, esqueletos, brujas, fantasmas o vampiros (foto superior) se sumaron también las iniciativas que llevaron a cabo centros comerciales, de ocio y de restauración, así como el propio Ayuntamiento.

La Concejalía de Juventud puso en marcha en el Casal Jove del Grau (foto superior) el Túnel del Terror, un espectáculo en vivo, en el que un adolescente planteaba a los asistentes los entresijos de la desaparición de sus amigos. El público se veía implicado en un misterio terrorífico que debía resolver.

A esta iniciativa se suma la del centro comercial Estepark, que preparó un scape room gigante, donde los presentes, previa reserva, se sometían a pruebas mentales de habilidad, físicas y de memoria mientras los zombies y otros personajes de terror les asustaban o se convertían en sus aliados. La iniciativa se complementó con una campaña especial de descuentos y regalos por cada compra superior a 15 euros.

Por su parte en el centro comercial Salera, los cines Cinesa prepararon un maratón con diez horas de películas de terror.

Los comercios del Raval también se aliaron con Halloween. En la farmacia Martina Barberá, por ejemplo, los dependientes, con indumentaria alusiva, entregaron caramelos a los niños que acudían disfrazados, como en la fiesta de truco o trato (foto superior).

Algunas asociaciones de vecinos también organizaron sus propios eventos. Como los de Benadressa, que organizaron una concentración infantil en la plaza Joaquín Guillamón para hacer después un recorrido por las casas del barrio, y ya por la noche los residentes disfrutaron de la Casa del Terror.

En los centros educativos, la castañera tiene más peso que Halloween, según explicó la portavoz de la asociación de directores de Infantil y Primaria Adipv-Castelló, aunque asociaciones de padres de alumnos organizan actividades a título particular, explica la presidenta de la federación de asociaciones de padres de Alumnos, Silvia Centelles. También en el aula de inglés.

FIESTAS NOCTURNAS // Con la caída de la noche, se dio inicio a un fin de semana de infarto en discotecas, pubs y salas de fiestas. Halloween vende. Payasos terroríficos, seres inquietantes, cabinas de DJ mortuorias, regalos y sorpresas para quienes acudieran disfrazados y concursos para premiar a los mejores atuendos terroríficos eran algunos de los reclamos, para una noche en la que corrieron los chupitos, el cava y los combinados y en la que la diversión ganó la batalla al pánico. Como tiene que ser.

GASTRONOMÍA Y DULCES // Si a nivel del ocio la de Halloween es una celebración que cala cada vez más, hay establecimientos de hostelería que también buscan capitalizar la fiesta. Algunos hacen menús temáticos a base de ensaladas monstruosas y postres de muerte. No obstante, como explica Carlos Escorihuela, presidente de Ashotur, «aunque cada vez se populariza más, es cuestión de cada tipo de establecimiento en base a su perfil de público». Así, señala, hay quienes hacen menú o decoración especial. Otros no.

Por lo que respecta a los dulces, el presidente del Gremi de Forners, José Miró, indica que «se trabaja el mazapán y el chocolate para hacer formas, como figuritas o calabazas». Aunque también la tradición de los panellets y los buñuelos de viento pesa, este otro tipo de productos también se demandan.

Es el caso de Wanda Park & Bakery, un establecimiento de Vila-real que en estas fechas ofrece galletas de Halloween con forma de araña, calabazas, huesos o fantasmas, así como Magdalenas de calabaza y dátil.