Desde que asumió la cartera de Agricultura y Medio Ambiente hace justo un año, Elena Cebrián ha dado un giro de 180 grados a este sector en la Comunitat.

-Hace ya un año que tomó posesión como consellera. ¿Qué balance hace?

--Durante varios meses nos hemos centrado en la reconstrucción de la Conselleria, que estaba bastante erosionada. Nos enfrentamos a la falta de fondos y de personal. Hemos tenido muchísimas reuniones y volcamos gran parte de nuestro esfuerzo en tener un buen diagnóstico de la situación. Es una primera parte de trabajo poco visible, pero muy necesaria.

Por ejemplo, en el agua, que es un factor fundamental, necesitamos bajar al consenso técnico, al diálogo, a dejarnos de guerras y hablar de responsabilidad, de solidaridad y de colaboración con las confederaciones. Todavía tenemos que hacer mucho más en ahorro, en eficiencia, en modernización de regadíos. Hay una tasa de pérdidas que no podemos permitirnos y debemos aprovechar mejor las aguas regeneradas.

En el sector agroalimentario, hemos establecido una política de diálogo y concertación y ya en enero presentamos seis ejes. El primero fructificará en una ley de mejora de las estructuras de producción y comercialización para buscar una mejor gestión de la propiedad de la tierra, de apoyo al trabajo en común. Y en la comercialización, hacer ver a la distribución que su negocio también depende de que tengamos un sector sano, potente, competitivo e innovador.

La segunda línea de trabajo se reflejará en una nueva ley de innovación agroalimentaria basada en una redefinición del IVIA, cuya norma de creación es de los años 90 y no se había tocado. Además, tiene el 60% de puestos de investigadores sin cubrir. Otra tercera línea que pactamos con el sector es la puesta en marcha de los programas europeos. Tenemos muchos problemas de aplicación de la nueva PAC. Tenemos el ingreso medio de ayuda por beneficiario más bajo de toda España, claramente no encaja...

-Ahora, además, se pueden perder programas por el incumplimiento del déficit de España...

--No tengo noticia. Nos lo tiene que trasladar el Ministerio... Si hay algún impacto lo vamos a mirar con mucha preocupación.

Volviendo a nuestro trabajo, tenemos también una apuesta por revisar y reforzar la protección sanitaria. Otro de los compromisos es el plan director del cooperativismo.

-Ahí lo van a tener complicado…¿Se va a tratar de incentivar de alguna manera?

--Es verdad que tenemos un hándicap. A mí no me gusta asociarlo a la idiosincrasia valenciana, pero hay un cierto individualismo. Es necesaria la profesionalización de los gerentes y las cooperativas tienen que hacer una apuesta por remunerar de manera justa a sus socios porque ese es su principal factor de desestructuración. Allá donde las cooperativas han invertido en sistemas de recepción que distinguen por calidad, por color, por azúcares... y han pagado con arreglo a esto, ha funcionado. La pieza cooperativa es fundamental en el programa agrario nuestro.

-En cuanto a la pesca, el Estado ha recuperado atribuciones y prima a grandes grupos frente a la pesca tradicional. ¿Está de acuerdo con ello?

--Yo soy la primera sorprendida, pero no se puede decir tampoco que es una gestión del Ministerio; es más una cogestión con las comunidades autónomas. Es verdad que en la pesca hay una cierta dualidad entre los modelos atlántico y mediterráneo y en el ministerio tienen una visión muy atlántica, muy gallega.

-En agricultura ha apostado claramente por la ecológica…

--La agricultura ecológica tiene una demanda de mercado y unos beneficios ambientales y territoriales muy importantes que hay que potenciar. Vamos a presentar en septiembre el plan de fomento de la producción ecológica. En seis meses nos hemos reunido con más de 1.000 personas para mejorar la producción ecológica.

-Algunas organizaciones agrarias critican que se está dejando de lado la agricultura tradicional…

--Eso es totalmente falso. La agricultura convencional no es incompatible con la ecológica y con otras formas de hacer agricultura, como la extensiva del interior; al contrario, se refuerzan una a otra. Al interior de Castellón le va a costar muy poco adaptarse porque el método de producción ya lo tiene. El bovino de facto es ecológico y es una carne apreciada.

-En cuanto a la próxima campaña de cítricos, ¿tienen ya datos del aumento de producción?

--Aún no. Si comparamos con la campaña anterior y la primavera del 2015 cabe esperar, dado que no ha habido esos calores excesivos, un aumento de producción. Pero también ha sido un año muy seco. Estamos percibiendo un aumento de demandas de riego, por eso tampoco creemos que se pueda recuperar toda aquella bajada de producción.