Siguiendo la estrategia del palo y la zanahoria, el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, devolvió la esperanza al sector citrícola en su visita a València. Apenas 24 horas después de asegurar que acudía a la Comunitat a pedir «pruebas del supuesto impacto de los tratados comerciales con terceros países, ayer afirmó que en Bruselas están dispuestos a analizar el aumento de las importaciones y, en el caso de que este persistiera, a implantar algún «mecanismo de salvaguardia».

Por su parte, la interprofesional Intercitrus le pidió que sea la Comisión Europea la que lidere el análisis sobre el impacto de los acuerdos de libre comercio, muy especialmente el de Sudáfrica pero también uno previo sobre el que se firmará próximamente con los países del Mercosur.

Asimismo la interprofesional puso el acento en la necesidad de garantizar la reciprocidad fitosanitaria y laboral con respecto a los países que envían cítricos a la Unión Europea. En concreto, advirtieron sobre la «amenaza inmediata» que suponen la mancha negra y el citrus greening, «que son halladas muchas veces en los controles a partidas importadas», por lo que exigieron «medidas urgentes» para evitar su entrada en las zonas citrícolas mediterráneas.

Hogan acudió a València junto al eurodiputado Esteban González Pons, en el marco de la campaña electoral de los populares europeos, y en la comida también participó entre otros la presidenta del PPCV, Isabel Bonig.