Los bienes con una larga vida útil y que conllevan un desembolso inicial elevado, como muebles, aparatos tecnológicos, vehículos o equipamientos para el hogar, representan el 53% del consumo financiado por la banca, según señala el último informe mensual elaborado por Caixabank. La otra cara de la moneda es el incremento de la morosidad, con un porcentaje que está por encima del 9% en el último año.

Pese a que el incremento del volumen de estos créditos al consumo se han constatado de manera especial en el último año gracias a la «relajación de los requisitos y los tipos de interés bajos», se trata de un fenómeno que se viene produciendo en la provincia, principalmente desde el año 2015, aunque entonces se dieron con ritmos de crecimiento más suaves que los que se dan en la actualidad. «Las familias contratan más créditos porque hay mayor confianza en la economía y, con ello, a su capacidad en la devolución de la deuda», según concluyen las mismas fuentes.