La dirección del Hospital de la Magdalena de Castellón decidió retirar, en una junta de personal que varios asistentes califican de «caliente», un plan por el que se retiraban tres enfermeros y tres auxiliares de la plantilla habitual para crear un equipo volante que sustituyera a personal de baja o reforzara al centro en momentos de trabajo intenso. Todo ello, mientras el hospital vive en una situación de interinidad que ya dura un mes tras el relevo de la anterior gerente, María Victoria Garrido.

La reorganización de los turnos de enfermeros y auxiliares era un proyecto que estaba sobre la mesa desde hacía varias semanas y, según apuntan los sindicatos, uno de los motivos del «mal ambiente» que precedió a la marcha de Garrido, que ahora es subdirectora general de la Alta Inspección de la Generalitat tras solo un año y medio en el centro sanitario. Todos los sindicatos se habían opuesto al plan y la situación, según relatan varias fuentes presentes en la reunión del pasado jueves, fue tan tensa en los días previos y esa misma jornada que la dirección decidió pararlo sine die.

Desde el centro confirmaron a Mediterráneo la retirada de esa propuesta, pero aseguran que la negociación sigue y que ahora esperan que la junta de personal haga su propuesta. Por su parte, los sindicatos confían en que la reforma del área de Enfermería sea enterrada definitivamente.

El representante del sindicato de enfermeros SATSE, Álex Ripollés, explicó que el plan pasaba por retirar un enfermero y un auxiliar de los equipos de tres plantas, de forma que hubiera un grupo formado por estas seis personas y otra que ya trabaja como comodín para no realizar contrataciones externas en momentos de más trabajo, como la ya próxima campaña de la gripe. No obstante, Ripollés aseguró que su negativa se debía a que no era una solución para reforzar al personal porque el nuevo equipo salía de la propia plantilla, sino pensada para el ahorro.

No es el único conflicto al que ha tenido que hacer frente la dirección del hospital en los últimos meses, pues los sindicatos también denunciaron que un 35% de la plantilla no había cobrado la productividad. Otra medida que desató polémica fue la denegación a una administrativa de la conciliación laboral, después de que la empleada pidiera recuperar por la tarde la hora que usaba para llevar a su hijo al colegio.