El Hospital Provincial de Castellón trata alrededor de 1.200 nuevos casos de cáncer al año -una media de unos tres casos al día-, tal y como ha podido saber este diario. Una cifra que se suma a los cientos de pacientes que cada día reciben tratamiento en el centro hospitalario, principal referencia en dar servicio a los enfermos oncológicos. De hecho, el Hospital Provincial cuenta con la última tecnología para proporcionar los mejores tratamientos. La última adquisición ha sido el nuevo PET TAC, de última generación, que prestará servicio antes de que finalice este mismo año.

Por otra parte, el Servicio de Alergología de este centro sanitario, atendió en los últimos diez años con éxito a un total de 103 pacientes de cáncer que eran alérgicos al tratamiento de quimioterapia prescrito por sus especialistas en oncología.

DESENSIBILIZACIÓN / Para ello, el alergólogo del centro, Julián Borrás, recurre en más de 500 ocasiones a un procedimiento terapéutico denominado «desensibilización», que consiste en suministrar al paciente por vía intravenosa la dosis terapéutica prescrita por el oncólogo en pequeñas cantidades que se van incrementando progresivamente para intentar conseguir una tolerancia al medicamento.

El Provincial es uno de los centros de España con una mayor experiencia en este tipo de desensibilizaciones, como queda reflejado en el Registro Español de Desensibilizaciones a Medicamentos que se creó en el 2013.

«Se recurre a este sistema cuando el oncólogo estima que no existe otra alternativa mejor para continuar con el tratamiento del paciente que el fármaco que ha provocado esa reacción», explica el doctor Borrás, quien ha destacado que «las desensibilizaciones permiten, por tanto, que los pacientes puedan seguir con éxito el tratamiento prescrito».

Así, la desensibilización se realiza cuando los pacientes muestran los síntomas propios de una alergia grave como urticaria, hinchazón, hipotensión o dolor abdominal a los pocos minutos de iniciar el tratamiento de quimioterapia necesario para luchar contra el cáncer.

En estos casos, el tratamiento se suspende inicialmente y, una vez que el alergólogo comprueba que la causa de la reacción ha sido provocada por el fármaco suministrado y que no hay ninguna contraindicación desde el punto de vista alergológico, se procede a la desensibilización.

VIGILANCIA DEL PACIENTE / Durante este proceso, que dura entre cuatro y doce horas, el paciente permanece vigilado estrechamente en todo momento por el alergólogo con el fin de detectar cualquier indicio de una reacción adversa. «En el caso de que aparezca una reacción, la tratamos adecuadamente hasta conseguir la administración de toda la dosis necesaria del fármaco, que en ocasiones resulta vital para el paciente», manifiesta.

La primera de las sesiones se suele realizar en las instalaciones de la Unidad de Críticos para contar con todas las medidas de seguridad necesarias.