Los enfermos crónicos suponen más de la mitad de los ingresos hospitalarios, pero no todos los pacientes son atendidos en una habitación fría de un hospital. Muchos son tratados en casa, en su entorno, y todo gracias a las unidades de hospitalización a domicilio. En Castellón la más veterana es la del departamento de Salud de la Plana, una unidad que nació en diciembre del 2002 y que a pleno rendimiento atiende a 40 pacientes, a los que se les ha dado un alta hospitaria precoz para que sigan su tratamiento en casas. Y las ventajas son obvias. «El paciente está más cómodo en casa, en su entorno, su actividad aumenta y para la familia también es más positivo», explica el doctor Javier Ortiz, coordinador médico de la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD) del Departamento de Salud de la Plana.

Esa opción asistencial no solo beneficia al paciente. De hecho, se ha consolidado como una herramienta eficaz para contribuir a descongestionar los hospitales, racionalizar los costes y humanizar la asistencia sanitaria, algo muy importante en un contexto de creciente demanda debido al envejecimiento de la población. «Muchos de los pacientes que son atendidos en casa lo son tras una estancia en el hospital, aunque también se les deriva desde la sala de urgencias o desde el centro de salud», describe el doctor Ortiz.

Integrada por 10 profesionales sanitarios (3 médicos y 7 enfermeros), la unidad de hospitalización a domicilio de la Plana, atiende sobre todo a enfermos crónicos avanzados y a pacientes paliativos, oncológicos o no. «El 60% son pacientes crónicos avanzados, muchos de ellos mayores de 85 años, y con la hospitalización a domicilio evitamos que estén constantemente ingresados», subraya el coordinador médico de la unidad.

Por lo general, los enfermos son visitados de forma programada en su domicilio, tanto por el personal de enfermería como por los médicos, en función de las necesidades del paciente. Cuando reciben el alta de la hospitalización domiciliaria se les realiza una atención periódica. En este caso es una enfermera gestora la que se encarga de llamarles (normalmente lo hace una vez a la semana) y preguntarles cómo se encuentran. «Si su estado ha variado y precisa de nuevo atención continua ella es la que activa de nuevo el servicio», añade.