Los salarios de la hostelería balear subirán un 5% este año, un incremento que alcanzará el 17% en el 2021. En Granada crecerán un 2,65% en 2018 y otro 2,65% el año que viene. En Burgos el alza oscilará entre el 1,6 y el 3,6%. Solo en estas tres zonas el aumento afecta más de 160.000 trabajadores, pero el mensaje va más allá: un sector que vive momentos de euforia y crea empleo y que en varias provincias de España maneja cifras que se sitúan por encima de los datos que se manejan ahora en la negociación colectiva. Pero en Castellón la realidad es muy distinta. Para los 25.000 trabajadores que emplea la hostelería en la provincia no hay novedad y no la hay porque la negociación del convenio colectivo sigue encallada. Y así lleva desde hace algo más de cinco años.

La hostelería afronta en Castellón su quinto verano sin regulación. El convenio provincial expiró en 2011, aunque se acordó una prórroga hasta octubre del 2013 en la que las tablas salariales no so revalorizaron. «Los trabajadores llevan con las mismas tablas desde el 2011 y sin convenio desde octubre del 2016», denuncia Javier Porcar, secretario general de la Federación de Servicios de CCOO de Castellón, quien asegura que a día de hoy «no hay ningún contacto» entre patronal y sindicatos. «La patronal ni siquiera quiere sentarse a negociar, por lo que les hacemos un llamamiento para que se desbloquee la negociación», añade. «En Castellón el diálogo es cero. En provincias como Valencia, por ejemplo, al menos patronal y sindicatos sí se han sentado a hablar pero aquí la asociación Ashotur se niega y ni siquiera nos da la oportunidad de exponer nuestros puntos», explica Porcar.

COMPETENCIA ENTRE EMPRESAS // Para los sindicatos, que el sector no tenga convenio desde hace casi seis años genera situaciones de competencia desleal. «Ahora mismo podemos encontrar empresas en la provincia que están aplicando las bases del extinto convenio colectivo del año 2011, último año que se revalorizaron las tablas salariales, y empresas que aplican el salario mínimo interprofesional, con la consecuente competencia desleal que además se crea», explica el responsable de la federación de Servicios de CCOO, que denuncia también casos de contratación fraudulenta. «Muchos empresarios están pagando a sus trabajadores el salario mínimo y la contratación fraudulenta también va a más, con ejemplos de asalariados cuyo contrato es de cuatro horas diarias pero que trabajan ocho. Y esa diferencia la cobran en negro», subrayan los sindicatos.