Castellón ha registrado una Pascua de récord para los hoteleros, pero también para la restauración, con un repunte del consumo respecto a hace un año, en costa e interior. El presidente de la asociación de empresarios turísticos de Peñíscola, Francisco J. Ribera, constató que «el tíquet del turista ha subido, con lo que el ingreso medio de bares y restaurantes ha aumentado entre un 25 y un 30%. Si antes se optaba por un menú barato, ahora se ha pasado a pedir otro más caro o incluso a la carta», concreta.

Una recuperación del consumo que también se ha detectado en municipios del interior en estos días. «En esta Semana Santa se ha notado un poco más de gasto por parte de los visitantes en restauración», confirmó el presidente de la Asociación de Turismo Rural ATR, Joaquín Deusdad.

OCUPACIÓN EN RACHA / Y si los negocios de hostelería han hecho más caja, los alojamientos han ido en sintonía, pues interior y litoral han subido tarifas respecto a años atrás. «Tras épocas duras, por fin se empiezan a subir precios, aunque sin pasarnos», indicó Deusdad, al igual que hizo Ribera: «El mercado se ha recuperado, hay más demanda y se ha aceptado sin demasiada oposición el alza de los precios por habitación. El ingreso medio para este 2017 será mejor».

Y si ayer muchos finalizaban sus vacaciones en la provincia, otros empezaban a hospedarse en los hoteles, con excelente previsión de ocupación para esta semana y también para el mini-puente hasta el próximo lunes, festividad de San Vicente.

Desde la Diputación de Castellón ratificaron ayer que esta Semana Santa se despide con récord y una ocupación hotelera del 95% de media, «en costa, interior y en la capital de provincia», con casos de hoteles al completo. El vicepresidente y diputado de Turismo, Andrés Martínez, resaltó que «el turismo ha dejado de ser cosa de solo tres meses en la provincia para convertirse en un pilar económico», recalca.