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CRONOLOGÍA DEL TERRORISMO EN LA PROVINCIA

La polémica por las disculpas de Otegi: esta es la huella que ETA dejó en Castellón

Benicàssim, el Grau de Castelló, les Coves o Peñíscola figuran en el triste historial de la banda

El restaurante del aeroclub del Grau, donde fue asesinado Clement Perret. Mediterráneo

La huella de ETA en Castellón no es tan honda como en otras ciudades españolas que tuvieron la desgracia de contar asesinatos y bombas casi al tiempo que nuevos amaneceres. Sin embargo, la provincia también pudo ver de cerca el horror de una organización terrorista vasca que desapareció tras 43 años de sangre --de 1968 hasta 2011, cuando tuvo lugar el cese de la violencia-- y que ha dejado marcada a fuego y para siempre una estela de víctimas, miedo y profundo dolor. Con motivo de los 10 años de su disolución y la polémica por las disculpas de Arnaldo Otegi respecto a la actividad de la banda, conviene recordar qué atentados cometió en territorio provincial.

1979

El reguero de atentados de la organización terrorista comenzó en la provincia en 1979. El mismo día --1 de julio-- un artefacto detonaba en los vestuarios de mujeres del club de golf del Grao y, horas después, una bomba estallaba en la playa de Peñíscola. Ambos casos solo provocaron daños materiales.

1985

1985 fue el año en el que más terror provocaron los terroristas en Castellón. Uno de los golpes más destructivos de ETA fue, sin duda, el perpetrado contra el restaurante Arrantzale del paseo Buenavista del distrito marítimo, el 2 de agosto. Un local que pertenecía a la sociedad Inturcaz SA, integrada por empresarios castellonenses y también algunos del País Vasco. Seis kilos de goma 2 reventaron el local de hostelería y causaron daños en viviendas anexas. Eduardo Guinesa, de 62 años y vecino del mismo bloque, falleció en su domicilio a causa de un infarto tras la explosión, que tuvo lugar sobre las 1.15 horas.

Así informaba 'Mediterráneo' del atentado en el restaurante Arrantzale del Grau de Castelló. Mediterráneo

Pocos días después, el 16 de agosto, dos hombres entraron, a cara descubierta, en el restaurante del aeroclub de Castelló y asesinaron a bocajarro al empresario francés Clément Perret, al que relacionaban con los GAL.

El restaurante del aeroclub del Grau, donde fue asesinado Clement Perret. Mediterráneo

Los terroristas dispararon casi veinte balas que acabaron con la vida de Perret, de 46 años, e hirieron al camarero Miguel Palanques, que tenía 19. Uno de ellos era Henri Parot, el jefe del comando itinerante de ETA; el otro, Jacques Esnal. La noticia fue, lógicamente, portada de Mediterráneo.

Portada del 17 de agosto de 1985, con el asesinato como noticia más destacada.

Portada del 17 de agosto de 1985, con el asesinato como noticia más destacada. Mediterráneo

1988

En Benicàssim la mano de la organización criminal orquestó un atentado en los apartamentos Tres Carabelas de la avenida Ferrandis Salvador, que entonces estaban en construcción. El artefacto causó cuantiosos daños, pero no se cobró heridos.

1996

Ya en los 90 otra bomba sacudió Jérica, en el Alto Palancia. Explosionó en la N-234, en dirección Teruel, y tampoco dejó víctimas.

Últimos coletazos

2002

Dos detenciones tuvieron lugar en el párking de la cárcel de Castellón: las de los etarras Miguel Soto y Ainhoa Gorostiaga. Ambos fueron arrestados cuando acudían a visitar a otro preso de ETA, Fermín Ventura Pérez.

2007

El verano del 2007 fue convulso. En pleno mes de julio y con la costa tomada por turistas, los cuerpos y fuerzas de seguridad peinaban la provincia para dar con un presunto terrorista que había huido de un taxi al ver un control policial --en Torreblanca-- dejando en el vehículo dos fiambreras con cables, temporizadores, material explosivo y detonadores con el anagrama de la banda terrorista. El individuo se subió al automóvil en la estación de autobuses de Castelló y pidió viajar a Tarragona. Al ver a la Guardia Civil en la carretera, no dudó en apearse.

Apenas 20 días después --ya en agosto-- la explosión de una furgoneta en les Coves de Vinromà puso en alerta a toda España.

Los agentes policiales inspeccionan la zona en la que explosionó el vehículo en les Coves. Mediterráneo

El vehículo llevaba unos 150 kilos de explosivos y estaba preparado para atentar en algún punto de la Comunitat. Sin embargo, sus planes se vieron frustrados por la astucia de un electricista jubilado de les Coves, quien sospechó de los dos hombres que merodeaban la furgoneta. El testigo alertó a la Guardia Civil y los terroristas huyeron al sentirse amenazados, programando la explosión de la bomba para veinte horas después. No hubo daños personales.

Tras la investigación policial, los agentes concluyeron que el explosivo utilizado en les Coves podría haber tirado abajo un edificio entero en un último atentado en la provincia que hubiera sido el más sanguinario de todos.

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