El vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, afirmó ayer en una visita a los efectos de Gloria en Dénia que los daños que ha sufrido buena parte del litoral mediterráneo español debido al último temporal son consecuencia «del fracaso de un modelo apoyado en los pelotazos urbanísticos y la especulación». Y añadió que lo ocurrido «debe hacer reflexionar sobre lo que significa el cambio climático», comentó.

Preguntado por si el Gobierno apuesta por demoler la primera línea de costa, Iglesias apuntó que la competencia corresponde al Ministerio para la Transición Ecológica, e instó a los periodistas a formular esta pregunta a la vicepresidenta Teresa Ribera. «Estoy convencido de que ella tomará las decisiones que haya que tomar», concluyó. El vicepresidente también acudió a Oliva, acompañado por el president de la Generalitat, Ximo Puig. El jefe del Consell aseguró que trabajará con el Gobierno central para recuperar el litoral y garantizar la «seguridad del empleo» en las zonas damnificadas, y habló de la apuesta de su Ejecutivo por un cambio en el modelo turístico.

Por otro lado, la presidenta del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, solicitó a los gobiernos estatal y autonómico que las ayudas por las consecuencias de esta borrasca lleguen «cuanto antes», a la vez que afirmó que es compatible «construir infraestructuras, ser sostenibles y generar turismo».