Cuando esta noche se inicie una nueva representación en Borriol de Nueva Jerusalén, la Pasión viviente más veterana de la provincia, más de 25.000 personas se convertirán en espectadores de excepción de un drama sacro que recorre las calles del municipio y «que supone uno de los grandes días al año de la localidad, con una gran afluencia de visitantes y con una repercusión económica importante para el municipio», como indica su alcalde, Silverio Tena.

Y es que, desde que comenzó lo que en un principio fue una vivencia personal e íntima de los participantes de esta Pasión se ha convertido, ya no solamente en una de las grandes citas de la Semana Santa provincial, sino un foco de impulso económico en Borriol, «ya que, desde primeras horas de la tarde ya son muchos los visitantes que llegan a la población y se quedan a cenar en algunos de los restaurantes de la localidad», concreta Tena.

Casi a la misma hora que en Borriol, en Torreblanca las previsiones hablan esta noche de «más de 5.000 personas que asistirán a La Passió», señala Carles García, uno de los organizadores de esta manifestación de teatro litúrgico y que «va a tener un importante impacto económico en la población». «Muchos de los turistas que se encuentran estos días en Torrenostra, especialmente de Madrid y Zaragoza se acercan al casco urbano para poder presenciar el drama de La Passió, sobre todo en los accesos al Calvario».

Eso en Borriol y Torreblanca, en cuanto a sus pasiones respectivas, porque, en Almassora, y al albur de la Tamborrada que tendrá lugar a las 00.00 horas ya del Viernes Santo, «más de tres mil personas se concentrarán en La Vila para ser testigos del ensordecedor ruido de unos 300 bombos y tambores en una ceremonia que tendrá como invitado especial al jugador del Villarreal CF Pablo Fornals, y que arrancará a las 21.00 horas, con la apertura de la Ruta de la Tapa i el Vi, en una oportunidad de impulsar la hostelería local», como han informado fuentes cercanas al consistorio de la población de la Plana.

Si se habla del Viernes Santo, las celebraciones multitudinarias alcanzan su máxima expresión en la provincia con la espectacular Rompida de la Hora de l’Alcora, que, surgida en 1991 «se ha convertido en un fenómeno social, religioso y económico sin precedentes en la provincia», informa Javier Nomdedéu.

8.000 PERSONAS EN L’ALCORA // Con una estimación de asistencia de más de 8.000 personas, no queda prácticamente una plaza libre en los restaurantes del municipio para comer, después de la Rompida de la Hora, que es a las 12.00 horas, con menús especiales y temáticos sobre bombos y tambores cuyos precios llegan a oscilar entre los 18 y los 25 euros.

Fuerte impacto económico que se genera también al amparo de las procesiones de Castellón, en una Semana Santa declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial, «como prólogo a Escala en Castelló, un festival marítimo con barcos históricos que será el gran evento del año en la ciudad, con 120 actividades culturales y de ocio del 5 al 8 de abril», indica la concejala de Turismo, Patricia Puerta.

Cabe recordar también la impronta de las multitudinarias procesiones y actos litúrgicos en Vinaròs y Vila-real, donde se esperan más de 20.000 personas en ambas poblaciones (3.000 ya en el espectáculo Laqvima Vere de la plaza Mayor de Vila-real).

Unos impactos económicos de estas celebraciones religiosas y populares en toda la provincia cuyas estimaciones económicas sumarían entre los 500.000 y 800.000 euros. No solo sol y playas, sino también manifestaciones religioso-sociales en la provincia que, año tras año, se convierten en multitudinarias.