El impuesto de sucesiones de la Comunitat Valenciana se encuentra entre los más gravosos de España, mientras que los impuestos sobre la renta (IRPF) y sobre el patrimonio tienen unas calificaciones bajas respecto a otras autonomías. En la comparativa entre todas las autonomías, el País Vasco, Madrid, La Rioja y Canarias son las comunidades más competitivas desde el punto de vista fiscal, mientras que Cataluña, Asturias y Aragón ocupan las peores posiciones a nivel impositivo, según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) del 2019, presentado ayer martes por la Unión de Contribuyentes (UC), que clasifica a todas las comunidades autónomas por su capacidad de competir fiscalmente para retener y atraer empresas.

Según esta clasificación hecha pública, once regiones mantienen una competitividad en impuestos que no sobrepasa la puntuación de seis (Asturias, Aragón, Comunitat Valenciana, Extremadura, Navarra, Andalucía, Galicia, Murcia, Baleares, Castilla-La Mancha y Castilla y León), mientras que cinco se sitúan entre el seis y el siete (Cantabria, Canarias, La Rioja, Guipúzcoa y Álava) y solo dos superan la puntuación de siete (Madrid y Vizcaya).

La peor puntuación en el índice de impuestos propios la recibe Cataluña, ya que tiene establecidos el doble de tributos que las demás comunidades autónomas. En concreto, actualmente cuenta con un total de quince.