La primera ordenanza de movilidad urbana de Castelló todavía no tiene visos de ser aprobada, al menos próximamente. El documento deberá reglar el uso del patinete eléctrico, el transporte de mascotas en las bicicletas, las normas para las zonas de carga y descarga, las tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida o la circulación de bicicletas, motos o ciclomotores, pero para complementarlo todavía está pendiente un informe de impacto de género, tal y como explican desde el Ayuntamiento de la capital.

Si a esta demora relacionada con el texto que no ha sido incluida se le añade la situación de alarma por la que atraviesa la ciudad, ralentizando la gestión municipal más allá de las medidas que adoptan en referencia a la crisis sanitaria y la amplia burocracia que tiene que cumplir este tipo de ordenanza, la entrada en vigor de la normativa podría demorarse varios meses más.

De hecho, una vez esté disponible el informe de género y se cumplimente toda la documentación, la llevarán al pleno, que autorizará la apertura de un periodo de exposición pública donde las personas que lo consideren podrán presentar alegaciones que deberán ser resueltas y, en el caso de que las consideren adecuadas, incluirlas en la ordenanza. Tras este proceso, será el pleno el que la apruebe de forma definitiva. El documento, que en noviembre ya fue presentado a los miembros del Foro de Movilidad, recoge 173 artículos.

OBJETIVOS Y MULTAS / El desarrollo de la normativa y su puesta en marcha tiene como objetivos disponer de un texto en el que se regulen las condiciones de movilidad y accesibilidad más importantes a realizar en las vías públicas, mejorar la convivencia en los espacios públicos, incorporar propuestas de mejora de la seguridad vial y habilitar la utilización de medios automatizados para la gestión de la movilidad en la ciudad. Hay que recordar que el texto recoge sanciones que van desde los 750 a los 3.000 euros en casos muy graves.