Atender a una población cada vez más envejecida para evitar la despoblación, creando puestos de trabajo asistenciales y, a la vez, conseguir que la gente mayor siga viviendo en sus pueblos. Este es el objetivo del proyecto que acordaron el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner y la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, según el cual se crearán residencias mixtas en el interior de la provincia.

A pesar de que el anuncio se realizó el pasado noviembre, de momento, no hay fecha para construir el primero de estos centros. Esto se debe a que la mesa técnica que debe acordar este punto se encuentra ahora inmersa en la negociación sobre el cierre del centro de acogida de menores de Penyeta Roja de Castellón, especialmente, en el punto que hace referencia a si la Conselleria asumirá y cómo a los 24 trabajadores de estas instalaciones, que ahora forman parte de la plantilla de la Diputación.

Ahora es necesario buscar una localización en las comarcas del interior para la primera de estas instalaciones, que será financiada por el Gobierno provincial. En este tipo de residencias se podrá atender a ciudadanos de diferentes colectivos, como personas con diversidad funcional y mayores, que podrán ser asistidos por un equipo de profesionales especializados en diversas disciplinas.

unidades de respiro // La apuesta del Gobierno de Moliner para luchar contra la despoblación le ha llevado a ampliar la red de unidades de respiro, con 11 nuevos centros, por lo que se atenderá a las personas mayores de un total de 66 municipios de Castellón. La inversión en esta materia es de 532.000 euros. Las nuevas unidades se ubicarán en Arañuel, Azuébar, Cirat, Xert, Montán, Montanejos, la Salzadella, Sant Joan de Moró, les Useres, Torre d’en Domènec y Vilafamés. En global, este servicio supondrá la atención diaria a 800 familias y la contratación de 80 trabajadores.